28 de Agosto, 2024
El estudio japonés ArchTank ha construido un pequeño tejado para una tumba conjunta en el templo Myohoji de la secta Jodo Shinshu Hongwanji, un lugar de culto que ha ocupado la ciudad de Kure en Hiroshima durante 400 años.
La tumba está situada en los jardines Karesansui, cercanos a la casa, y se puede visitar a diario. “No es para los difuntos, sino para los que se quedaron atrás “, señala el sacerdote principal del templo. Basándose en sus palabras, ArchTank adopta la técnica tradicional japonesa de unión de madera para crear una estructura de madera similar a un santuario con un techo curvo. Este pequeño lugar del recuerdo hace eco de un dicho budista, “Heizei Goujo”, que anima a los que se quedaron atrás a llevar una vida normal de nuevo.
El tejado de madera de Archtank como sistema de juntas entrelazadas
El equipo de ArchTank ha diseñado el tejado como una estructura de madera enrejada formada por un sistema de juntas entrelazadas tridimensionales que puede resistir las perturbaciones sin añadir elementos diagonales, dejando así espacio para que se desarrollen diversos huecos y sombras. El tejado curvo, que recuerda a la construcción naval histórica de la ciudad de Kure, recuerda el paisaje de los tejados del templo Myohoji. Además, a medida que pasa el tiempo y los visitantes caminan por el jardín, la superficie dinámica de la tumba conjunta parece adquirir nuevas apariencias y expresiones. “Un tejado que brilla con el sol de la mañana y se tiñe por la tarde”, señala el estudio.
A diferencia de las lápidas tradicionales que permanecen inalteradas para siempre, el pequeño techo de madera y cobre y el karesansui con sus árboles cambiarán con el paso del tiempo.
La construcción de este pequeño techo de madera en el interior de este jardín es para albergar temporalmente las cenizas que serán repartidas, transformando de esta manera que todo el jardín se convierta en una sepultura colectiva. Este techo sirve como lugar de descanso provisional para las cenizas antes de que regresen a la tierra, proporcionando un “espacio” para el difunto y un “símbolo” para que los vivos recuerden a sus seres queridos.
Este tejado no es un lugar para enterrar cenizas, sino un símbolo que se puede visitar a diario para recordar a los difuntos, y el jardín es un lugar para que los visitantes establezcan una nueva conexión con el Buda. Esperamos que el pequeño universo de Karesansui se convierta en una nueva forma de tumba”, continúan Nagi Kumagai y Yasumasa Hayashi de ArchTank.
En vez de designar un lugar específico para tratar la muerte y erigir tumbas allí, como se ha hecho tradicionalmente, este proyecto trata la tumba como una extensión de la vida cotidiana, lo que le otorga un significado público sin precedentes. El pequeño techo se convierte en un símbolo que los vivos pueden visitar regularmente para recordar al difunto, y el jardín se convierte en un “espacio” para experimentar el paso del “tiempo” y formar nuevas conexiones espirituales.
Ver más sobre: