Un adelanto de su técnica innovadora y la conexión entre la madera y las emociones humanas es la que expondrá el artista chileno, Rafael Correa Lira de la mano de CMPC, en el marco de la Semana de la Madera. Se trata de diez cabezas que evocarán distintas expresiones mediante detalles, como la profundidad de las líneas esculpidas y la suavidad de las curvas propias de la madera.
Con poco tiempo y muchas ideas, Rafael Correa Lira, transforma cada uno de sus espacios libres en un momento para crear. Este artista es ingeniero forestal de profesión y se desempeña como gerente de Competitividad Bosques & Supply en CMPC.
Sólo con esta introducción, ya podemos intuir su debilidad por la madera. Desde joven manifestó su interés por la escultura, disciplina que empezó a desarrollar a los 16 años cuando compró sus primeros formones y comenzó a tallar en madera. Desde ese entonces Rafael Correa nunca ha dejado de hacerlo. Siempre en busca de nuevas técnicas, su mente inquieta encuentra inspiración incluso en las líneas que se forman en el pavimento. “Siempre estoy pensando en modo escultura o pintura”, nos cuenta.
Rafael ha expuesto sus trabajos en importantes vitrinas como Las Casas de Lo Matta, el Campus Lo Contador de la Universidad Católica de Chile y el Parque Alessandri, entre otros. Y esta vez lo hará en la Semana de la Madera. Se trata de un adelanto de lo que está fraguando para el 2025, por lo que la muestra será una primicia de un trabajo en el que se ha permitido innovar en la técnica. “Me tenía bien inquieto esto de intervenir un poco más las maderas, agregando color, sin tener que cubrirla para no quitarle parte del atractivo o lo bonito que tiene la madera, que son las vetas, los colores naturales”.
La invitación de CMPC a mostrar su obra surge, casi como una conversación de pasillo. Rafael nos cuenta que siempre le ha gustado la muestra que realiza Madera21 en la Semana de la Madera y que, a su vez, CMPC siempre ha tenido las puertas abiertas a su arte. “Se conjugó que conocen de mi obra y el enfoque que le han ido dando a la empresa, que es mostrar toda la diversidad que tiene la madera”.
La exposición y la técnica
Una de las características más llamativas de las esculturas que Rafael presentará en la Semana de la Madera es cómo logran combinar la fuerza cruda de la madera con la delicadeza de la emoción humana. Y de eso se trata, de cabezas y emociones. Cabezas que surgen de los troncos como si hubieran estado allí siempre, esperando ser descubiertas para ser esculpidas por Rafael.
Este equilibrio entre lo orgánico y lo esculpido refleja una tensión constante entre el control del artista y la naturaleza del material. En palabras de Rafael, “la madera tiene su propio carácter y parte del reto es trabajar con ella sin perder lo que la hace especial”.
El uso de troncos de árboles como el pino, el ciprés y el plátano oriental añade otra capa de complejidad emocional. Las vetas naturales y los colores intrínsecos de la madera contribuyen a la expresión de cada cabeza, enriqueciendo las emociones que se quieren transmitir. “Lo que hago es cortar troncos en rodajas, como si fuera una torta, y después de dibujar la forma de una cabeza, utilizo una fresadora para crear hendiduras que luego relleno con una pasta especial. Este método me permite integrar color sin perder la belleza natural de la madera, como las vetas y los colores propios del material – comenta y sigue-. Mediante detalles, como la profundidad de las líneas y la suavidad de las curvas, busco intensificar la emoción que deseo transmitir”, nos cuenta.
Esta es la primera exposición con una técnica nueva y Rafael está expectante de la reacción del público, porque ha entendido que el arte se completa con la experiencia de quien lo observa. Y es por ello que evita ponerles nombre a sus obras, para no dirigir el mensaje. Sin embargo, esta muestra será también una apuesta, porque esta vez, cada una de las diez cabezas llevará un nombre. “Le di harta vuelta y, bueno, vamos a ver que pasa”, nos comenta con una expresión de quien está haciendo una travesura por primera vez.
Su proceso creativo
Rafael es escultor y pintor. Sus trazos firmes y la combinación del uso de materiales sobre celulosa y tela, como esmalte, acrílico y pasta muro hacen de sus obras creaciones dinámicas. Y eso es él, un “hacedor”, que trabaja en múltiples esculturas y pinturas a la vez, siempre encontrando un lugar para dar espacio a la pulsión creativa.
“Me subo a un avión y boceteo ideas”, cuenta, describiendo cómo aprovecha cada momento para desarrollar sus proyectos. “Siempre estoy pensando en formas y líneas, incluso cuando estoy haciendo deporte o caminando por la ciudad”. Este constante fluir de ideas le ha permitido combinar su pasión por el arte con su profesión y su vida familiar.
No es fácil lograr este equilibrio “porque la escultura es un trabajo bien solitario y le quita harto tiempo a la familia. Es una actividad realmente difícil de equilibrar -nos dice-. Uno puede pasar tres días en el taller y casi ni comer, pero un primer gusto es ver algo terminado. Y lo otro es impresionante, cuando a alguien le gusta, lo quiere y se lo lleva. Eso también es súper potente”.
Rafael está a la espera de que se abran las puertas de la Semana de la Madera este 2 de octubre y de observar, hasta el 6, cómo las expresiones faciales de sus obras se funden con las de los visitantes, para completar así su trabajo.
