Al entrar, los huéspedes tienen la sensación de flotar en el aire. Desde las vistas despejadas sobre el fiordo noruego de Lyse pueden verse las montañas llenas de pinos que parecen pequeños bonsáis a los lejos.
El proyecto Bolder Star Lodges de la oficina de arquitectura Snøhetta consta de cuatro cabañas elevadas sobre el terreno. Están diseñadas para armonizar del mejor modo posible con la naturaleza circundante y desdibujar el límite entre interior y exterior.
El proyecto, que comenzó el año 2020, surgió del deseo de crear una experiencia realmente especial y auténtica, donde la naturaleza jugase un papel importante. Las cuatro cabañas, llamadas Stylten, Myra, Stjerna y Eldhuset, están ubicadas en el borde del fiordo de Lyse, en la costa oeste de Noruega.
Fueron proyectadas para mimetizarse con el paisaje dejando una huella mínima en el entorno. Se elevan sobre el suelo sobre grandes pilares de hormigón y sus fachadas son vidriadas para que los huéspedes aprecien el entorno natural desde el interior.
Flotar en el aire
Al entrar, los huéspedes tienen la sensación de flotar en el aire sobre el borde del acantilado. Desde las vistas despejadas sobre el fiordo se pueden ver las montañas llenas de pinos que parecen bonsái a los lejos. También se aprecian las rocas que dejaron los glaciares cuando la edad de hielo llegó a su fin, hace miles de años.
Para plasmar la serenidad de la naturaleza dentro de las cabañas, se optó por un diseño minimalista con muebles realizados con materiales naturales y duraderos. El estilo se completa con colores tierra y texturas orgánicas. Una considerada elección de los detalles interiores acentúa el estado meditativo propiciado por el espacio.
Las cabañas cuentan con una planta alta con cocina y comedor amueblados por la marca Vipp y una planta baja con cama empotrada y baño. La madera, el mármol y el cuero son los materiales recurrentes en la selección del mobiliario. En contraste, el piso de hormigón en el nivel inferior le da un toque de aspereza a la decoración.
Uno con la naturaleza
Para reflejar la naturaleza del lugar dominado por el granito y los pinos de crecimiento lento, Snøhetta eligió trabajar con madera y hormigón con agregados del sitio real, como materiales principales para el proyecto. Los árboles que tuvieron que ser derribados durante la construcción fueron reservados para ser reutilizados en otras partes de la obra, y el granito extraído del suelo fue utilizado para la elaboración del hormigón.
La madera utilizada para las cabañas es cedro rojo al natural, el cual se volverá gris con el tiempo, logrando así una apariencia natural mimetizada con el paisaje rocoso. La madera de roble utilizada en el interior se trata de manera diferente en las pequeñas cabañas, por lo que los visitantes pueden tener una experiencia ligeramente distinta al regresar a ellas.
Diseñadas desde el interior
Las cabañas son objetos diseñados de adentro hacia afuera. Cada una de ellas se focaliza en las vistas y en las cualidades interiores de las diferentes habitaciones. La iluminación cenital y los grandes paneles de vidrio le dan al interior una relajante variación del espectro de luz natural. A lo largo del día y del clima en constante cambio, se mantiene el contacto con el cielo.
La forma de la cubierta se reproduce de manera simétrica en la base de hormigón. Colocada asimétricamente con respecto al centro de la planta, crea la ilusión de que los camarotes están inclinados hacia el fiordo, lo que refuerza la sensación de ingravidez. Así se crea un objeto libre del suelo, flotando sobre el borde.
Como un nido
Tanto las paredes internas como las externas y los techos, se fusionan. La forma permite que el objeto sea homogéneo en su interior. Esto le da a las cabañas una sensación de acogedora solidez, como un nido.
Los detalles en el interior son minimalistas y precisos, generando superficies limpias que garantizan una experiencia completa al no interferir con la espectacular vista.
Una serie de puentes dan acceso a las cabañas, posados sobre el paisaje, completando el proyecto. Su cromatismo pertenece también a la paleta de materiales naturales de la zona. También estos se hallan elevados sobre el suelo para minimizar su huella. Están salpicados de luces tenues y neutras para brindar luz suficiente a los visitantes tras la puesta del sol.
Si bien la electricidad para las cabañas proviene de la red, el resto del proyecto es autosuficiente. El agua se obtiene naturalmente de un manantial y es filtrada en una planta de tratamiento bajo del estacionamiento, resultando aún más limpia que el agua del río local que corre sobre la montaña.
El proyecto Bolder también contará con dos construcciones adicionales que se completarán en los próximos años, incluyendo un salón y un restaurante donde se servirá comida de origen local.
