Casa Bosque es un proyecto habitacional rural sostenible de 75 m2, inserto en el límite de una plantación de almendros y un bosque esclerófilo nativo, en la zona central de Chile. El encargo recoge tres condicionantes principales: un programa simple que responda a la vida de su propietaria, quien buscaba alejarse de la ciudad para vivir rodeada de naturaleza; la optimización de recursos y; por otro último, un total respeto y cuidado del entorno.
El proyecto rescata la madera como parte de la expresión popular de la construcción local, definiendo con esto su modulación y reinterpretando su expresión formal característica. La madera se presenta además como la oportunidad de utilizar un material de la zona que impulsa el desarrollo comunitario a través del aserradero local. Así se busca utilizar la madera en distintos formatos y funciones, desde la estructura a las terminaciones. La intención es no sólo relavar las cualidades físicas del material sino también incorporarlo como parte de la identidad de la vivienda, brindando calidez al interior y fundirse con el entorno.
Para la fachada y a modo de jugar un rol protagonista en materia estética y conceptual, se decide utilizar lampazo de pino como revestimiento, rescatando un material de descarte del aserradero local, apuntando a una estrategia sustentable de recuperación además de usar un material con baja energía incorporada. Cómo estrategia adicional, y en la misma línea, se reutilizan las puertas de madera demolición de la antigua casa de la dueña en Santiago, manteniendo sus quincañerías y pinturas originales. Esta acción no sólo baja costes sino que reduce la huella de carbono de la obra y además los m3 de escombros que se disponían al vertedero. En el interior se utiliza madera cepillada para detalles y marcos de ventanas y puertas además de ser la terminación del cielo de toda la vivienda.
Para la optimización de recursos se definió un entramado base de madera aserrada de pino 2x4” para lograr un volumen compacto desfasado desde donde nacen los diferentes espacios, tanto interiores como exteriores. El uso de esto busca la optimización modular del material, además de promover el uso de mano de obra local con experiencia en su utilización. Junto a esto se utilizó un entramado superior sobre la estructura de techumbre permitiendo generar una cubierta ventilada, mejorando así los estándares de confort térmico de la vivienda.
Para proteger el lampazo de insectos se realizó un tratamiento exterior con un impregnante fungicida e insecticida que protege la madera de termitas, polillas y otros xilófagos, así como microorganismos como hongos, mohos o bacterias, donde sus elementos activos penetran profundamente, asegurando una protección biológica eficaz.
Como resultado se logra un volumen Low Tech, de bajo costo de construcción y mantención, que se relaciona mediante la madera respetuosamente con un entorno dominado por espinos, maitenes y quillayes, entregando un espacio rural contemporáneo donde el habitar se entrelaza entre los interiores y la naturaleza.
