Casa de las Circunferencias

El proyecto es una segunda vivienda diseñada con el objetivo de proporcionar un espacio compartido para los abuelos de la familia, incluyendo hijos y nietos. Ubicado en una punta rocosa frente al mar, al norte de Santiago, el sitio ofrece un entorno privilegiado con una suave pendiente y se encuentra rodeado de vegetación nativa, como matorrales rastreros y cactus, que desempeñan un papel ecológico crucial para ser preservado. La propuesta identifica distintas densidades de vegetación nativa y las agrupa en 25 circunferencias de diferentes diámetros, las cuales representan el valor de la vegetación nativa del sitio, formando un zócalo que enfatiza la idea de preexistencia. Sobre este zócalo se encuentran 6 pabellones, conectados por un palillaje curvo de madera que actúa como barrera contra el viento sur predominante, creando un espacio intermedio de conexión y circulación. Los pabellones se ubicaron estratégicamente para aprovechar las vistas y orientaciones del entorno.

La madera juega un rol fundamental en la propuesta, permitiendo una integración armónica con el entorno natural. Como el principal material estructurante de los pabellones, esta brinda calidez y versatilidad al diseño, además de presentarse como conexión entre ellos, mediante un palillaje de madera que recorre el proyecto, protegiéndolo contra el viento. El proyecto incorpora soluciones innovadoras, tanto en elementos constructivos como en técnicas de prefabricación, permitiendo una mayor velocidad de construcción. La madera laminada y mecanizada utilizada en los pabellones, permite grandes luces y vistas al mar. Además, esta solución permite el uso de curvas precisas que se adaptan al concepto de las circunferencias. El palillaje curvo de madera que actúa como protección contra el viento, también crea espacios intermedios, jugando con las vistas. Estas soluciones demuestran el potencial de la madera como material versátil y adaptable, superando las limitaciones tradicionales y promoviendo su uso tanto interior como exterior.

El proyecto se estructura con madera laminada (glulam) mecanizada como material principal tanto al interior de los pabellones, como en los palillajes curvos al exterior. Esta elección se basa en las propiedades de resistencia y flexibilidad de la madera laminada, permitiendo la construcción de grandes elementos simples y formas curvas y precisas. En el pabellón central se proyecta una gran viga de madera laminada teñida de amarillo de 26 metros de largo, generando un amplio espacio con vistas al mar y el paisaje. Para proteger la madera frente a la intemperie y agentes bióticos, se implementó un diseño cuidadoso, utilizando una solución técnica de muros y pisos ventilados, disminuyendo la humedad interna y aumentando su durabilidad y resistencia a condiciones adversas, como lo es el entorno costero. Se utilizaron revestimientos ventilados de madera de pino tipo deck, permitiendo el flujo de aire por estos, que también fueron protegidos con Osmo.

El proyecto aporta al impulso y desarrollo de la arquitectura en madera al combinar de manera innovadora el diseño contemporáneo con la tradición constructiva en madera. Esta elección refuerza la conexión con el entorno natural y promueve la sostenibilidad en la construcción. Además, gracias a la prefabricación de los elementos, se logra una gran velocidad y precisión en el proceso de construcción. El proyecto utiliza madera debido a sus cualidades estéticas, ecológicas y técnicas. Su calidez y textura natural se integran armoniosamente con el entorno costero y el paisaje circundante. Además, la madera es un recurso renovable y su uso en la construcción contribuye a reducir la huella ambiental del proyecto con un material que secuestra carbono. Su flexibilidad estructural y posibilidades de mecanizado permitieron la materialización de los distintos elementos, tanto de las formas curvas como de pilares y vigas que generan grandes luces y espacios interconectados.