Esta casa de vacaciones se ubica al borde de una ventosa quebrada frente al Océano Pacífico. El proyecto se concibe como un pabellón centralizado para refugiarse del paisaje, y una terraza para contemplarlo. El pabellón se abre gradualmente al exterior mediado por patios, mientras la terraza se suspende sobre el horizonte panorámicamente. Ambos se superponen una sobre el otro, casi sin tocarse, conservando su integridad formal.
El pabellón es una estructura de madera a la vista regida por una modulación continua a 67 cm., dispuesta sobre un basamento circular levemente separado del suelo. Se compone a partir de un recinto central de planta cuadrada, del que se desprenden hacia fuera cuatro piezas rectangulares, conformando cuatro patios abiertos en sus esquinas. La pieza central concentra los lugares para cocinar, comer y estar.
Sus 4 cerramientos verticales se conforman por un ventanal corredero y un muro-estuche en una proporción de 5:7, y se disponen rotados simétricamente sobre el centro de la planta, generando dos recorridos diagonales continuos entre los patios opuestos. Cada muro-estuche alberga un uso distinto (librero, TV, cocina o chimenea) y una puerta igual en sus esquinas.
Tras éstas se encuentran los dormitorios, abiertos a un patio mediante un ventanal que prolonga dos veces la modulación del vano del recinto central, y cerrados al patio siguiente mediante un muro. La pieza central, los dormitorios y los patios componen así un espacio interconectado sobre el zócalo continuo de travertino.
El cielo del área central se dispone a una altura mayor, dilatado del resto de la casa sobre 4 machones contiguos a las puertas de los dormitorios. Su estructura consiste en una retícula rígida de vigas de sección variable, que se adelgaza hacia sus extremos en la medida que su carga disminuye.
Al centro de cada casetón se dispone una lucarna, cuya repetición sistemática otorga una luz propia de una terraza exterior. Sobre este techo la casa desarrolla su anverso: una terraza abierta y sin bordes para contemplar los aspectos del paisaje que el pabellón bajo ella suprime. Ambos suelos son necesarios para mediar con el entorno. Esta unidad de propósito permite comprender las distintas partes como miembros de una misma totalidad.
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