Casa Muelle

La casa muelle es una segunda vivienda ubicada a pocos metros de la costa en el sector de Pichicuy, V región, Chile. El partido general se define a partir de la pendiente del terreno, y de la voluntad de mantener presente el horizonte del mar en todos los recintos de la casa. Así se definió resolver el programa de manera integral en una sola cota de nivel, estableciendo una relación con el horizonte del mar, por medio de emplazar la casa a contra pendiente del terreno, como un muelle. Esta acometida a la pendiente, entrega visibilidad tanto la topografía del terreno, como a la geografía lejana de la franja costera, cordillera de la costa y océano Pacifico. La planta de arquitectura del proyecto se organiza en dos áreas, la de recintos de estares junto al acceso, y la de de los dormitorios y baños. Entre ellos y a modo de espacio intermedio comunicante con el exterior, un pasillo transparente relaciona la terraza que mira al mar con la ladera norte del terreno, donde un espacio protegido del viento se consolida por medio de un fogón exterior. Todo el programa se resuelve de manera integral en una misma material. Una gran plataforma de madera que va tomando altura a medida que el terreno cae, por medio de pilares diagonales de madera. La casa ofrece una fachada sur-poniente totalmente abierta hacia el mar, mientras que hacia el nor-oriente los cerramientos se proyectan cautelando la privacidad de los recintos como también el correcto manejo de entrada de luz natural, lo que se potencia por medio de una lucarna, que a modo de rendija de luz horizontal, recorre todo el largo de la casa. La estructura esta compuesta completamente de madera, a partir un plinto  constituido por cinco ejes a modo de grandes vigas maestras de sección 6x10" suspendidas por ejes compuestos por diagonales de 6x6” . Esta voluntad estructural  se muestra luego en las secciones y elevaciones, tanto en los pilares de fachada,  como también en el orden espacial de todos los recintos. La estructura simétrica de la casa se refuerza en los volados de los corredores, de 110 cm tanto hacia el mar como hacia la ladera del cerro, estableciendo un equilibrio entre las cargas del volumen, estableciendo en el diseño estructural  la impronta arquitectónica de la casa.