Casa Puerto Oscuro

La vivienda se emplaza en el sector costero de la comuna de Quemchi, frente al canal Caucahué, que mira a la isla que lleva dicho nombre, dentro de un bosque de avellanos, arrayanes, lumas y canelos, rodeado de flora y fauna nativa. La idea fuerza del proyecto es justamente no perder estas condiciones del entorno: las vistas al mar, al bosque, a la isla, y hacerlo parte del proyecto en sí. El proyecto interviene lo mínimo, posando la estructura de madera en un claro existente, orientando la vivienda de Oriente a Poniente para aprovechar la condición de luz y sol al máximo. El encargo era diseñar una vivienda para 9 personas (papá, mamá, hijos), por lo que además de los espacios de descanso y dormir, se proyectaron espacios para el ocio y el acto de compartir, tanto en 1er como en 2do piso, proyectando 178 m2 edificados en 2 niveles más 62 m2 de terrazas exteriores semi techadas, para resguardo de los lluviosos otoños, inviernos y primaveras chilotes. El volumen desde afuera parece sólo un bloque, pero en su interior se aprecia la división del sector privado (habitaciones), con el resto de la vivienda, generado espacios interiores en donde la estructura se deja ver, en altillo, en living, en cocina, en zona de servicio, en terrazas, en la chiflonera.

La estructura de la vivienda es completamente de madera. Se ocuparon maderas nativas de la zona: Luma para sus fundaciones y pilares interiores y exteriores, Coigue para el "envigado maestro", Canelo para sus vigas a la vista, tejuela de alerce para los revestimientos exteriores, y avellano y arrayán para las barandas y espacios separadores interiores y exteriores. También se ocupó Pino Seco Cepillado, en formato 1x8, para revestir prácticamente en un 100% el interior de la vivienda y pino Oregón machimbrado para el piso del living, combinándolo con pino seco cepillado. Todo barnizado al natural, para mantener y resaltar el color propio de cada madera. En las fachadas, se realizó la técnica antigua de fachada ventilada para instalar las tejuelas de Alerce, mediante listones de madera nativa de 1x3, separados a 30 cms cada uno, y en su totalidad, la vivienda tiene una envolvente térmica que se apoya con ventanas de PVC color caoba y puertas de madera de Pino Oregón, que da una absoluta calidez y performance a su interior, en todos los recintos.

Las maderas nativas utilizadas son: Luma en formato de 5 a 8 pulgadas de diámetro, para pilares interiores y exteriores, y apoyos para toda la terraza. En interior se aplicó barniz marino natural y en exterior se dejó en bruto. Coigue, de escuadría 3x6 pulgadas, para envigados maestros de toda la vivienda. Protección con carbonileo. Canelo, en formato 2x8 para piso de terraza, aplicando 1 mano de impregnante. En formato 2x6 para vigas a la vista interiores, aplicando barniz marino natural y en formato 2x4 para elementos interiores como pasamanos, barandas y terminaciones. Avellano y Arrayán, en formato de 3 y 4 pulgadas de diámetro, para barandas interiores y exteriores, aplicando barniz marino natural. Tejuela de Alerce de 4x20 pulgadas, aserrada, para revestimiento exterior de la vivienda, sin aplicación de barniz ni impregnante. Pino Seco Cepillado, escuadría 1x8, para muros, aplicando barniz marino natural. Pino Oregón y Pino Seco Cepillado, escuadría 1x4, para pisos, con 5 manos de barniz vitrificante Vitrolux.

La propuesta conceptual consideró el uso de madera nativa e introducida, con varios fines. El primero, de índole estructural, en donde la idea era dejar la madera a la vista en el interior de la vivienda, para mostrar sus encuentros y uniones, su veta, formas y colores. Lo segundo, para conseguir esta idea de meter el bosque al interior de la vivienda, no sólo por la vista (ventanas), sino además, hacerlo parte del vivir y sentir del usuario. Y como tercer impacto, este proyecto busca aportar a la infinidad de formas y uniones (casi in restringidas) que se pueden lograr con la madera, tanto en sus revestimientos exteriores, "la cáscara" de tejuelas de Alerce y la estructura a la vista de pilares y vigas de lumas, como en su interior, generando el confort necesario para sus usuarios; todo manteniendo la tradición chilota de carpintería en arquitectura de madera, con el fin de aportar a las nuevas generaciones de arquitectos y el cuidado y resguardo de las tradiciones y el patrimonio, unido a la innovación, tecnología de materiales y nuevas formas de hacer arquitectura.