Un lugar puede mirar al futuro sólo si mantiene su pasado en la memoria colectiva de su gente, los espacios comunes, lo de todos, su territorio, su paisaje, con estos conceptos nace la idea de tomar lo olvidado, y traerlo al presente, a la nueva forma de afrontar el futuro de Lonquimay.
Olvidada por años, lugares olvidados por la modernidad apresurada, la misión fue visibilizar y con una apuesta al turismo sustentable de intereses especiales, paraíso cordillerano, donde colonos y pehuenches trabajan juntos, con respeto por sus creencias y costumbres, manteniendo las tradiciones ancestrales y el progreso en equilibrio, visibilizar el territorio y sus bondades ancestrales mediante el turismo de intereses especiales, la comunidad, muchas veces cambiando sus oficios de generaciones a esta nueva vida, potenciando lo de todos LO COMUN.
El territorio, su paisaje cultural, es ahí, donde potenciar el territorio, memoria, tradición y turismo con esta intervención, un eje sobre el ex ramal ferroviario truncado, ruta que uniría chile y argentina, un sueño olvidado, una manera de mantener presente la memoria del lugar el redescubrir su paisaje, el ramal de 20 kilómetros de extensión que recorren el valle de Lonquimay 300.000 m2 de la superficie de la faja del ex ferrocarril, desde boca norte del túnel Las Raíces hasta la estación de Lonquimay último punto construido del Ramal que nacía en el valle central en la Localidad de Púa.
¿Cómo afrontar un proyecto visibilizando el territorio, pero respetando su prístina escenografía natural ?, la idea de transportar al usuario, de configurar esta ruta como columna para futuros emprendimientos y recorridos transversales, de esa idea de tomar infraestructura abandonada y transformarla en elementos escultóricos en el paisaje, que rememoran la sensación del viaje en ferrocarril donde en cada paso sobre los durmientes de madera descubres un nuevo paisaje único que muta en las distintas estaciones del año, con una visión de entregar esta faja como un espacio público, una vía verde para recorrer, descubriendo escenarios y que puedas recorrer en verano a pie o en bicicleta, pero que también puedas recorrer en invierno sobre la nieve con raquetas o haciendo randonée, la intervención sería mínima, restaurando 3 puentes y configurando de 6 miradores, integrando este eje como parte del espacio público de la comuna, visibilizando el territorio. Donde solo se ocuparía madera de durmientes aserrados como elemento estructural y volumétrico junto a la piedra como sustentación para su conformación como las antiguas construcciones elementos atemporales que solo acompañan a la escenografía única del territorio y UNA ARQUITECTURA ANONIMA.
