El perchero, pieza fundamental en el sur de Chile, primer recibidor que permite despojarnos de los elementos diarios al llegar al hogar, se apropia de esta idea de crecimiento, un homenaje al árbol que en algún momento creció en el paisaje. Un árbol de hoja caduca, que se prepara para extender sus “brazos” para recibirnos con humildad.
Basado en la experiencia y saber artesano, el productor visualiza con mucho interés la posibilidad propuesta, sintiéndose absolutamente capacitado para resolverlo. Así también, en base a correcciones, es capaz de proyectar el cumplimiento estructural al que será sometido el producto.
Se releva el hecho de construir con piezas leves, cortas, de escasa envergadura, posibilitando la selección de las mejores partes de la madera recolectada, que no siempre se encuentran en dimensiones generosas como las comercialmente ofrecidas.
Por otra parte, sus ensambles simples, le permiten apropiarse del proceso de producción. Mientras que su estructura, está pensada desde una coordinación de cruces que optimiza su triangulación. Su estabilidad es resuelta dimensionalmente, ampliando los puntos de apoyo a piso en relación a sus “ganchos”, los que por medio de una pensada composición se logra disimular para no afectar la lectura conceptual.
Mientras que la funcionalidad es otorgada por las propiedades del material y la inclusión de variables ergonómicas, favoreciendo las acciones en torno a la acción de aproximarse y colgar. Su escala permite al producto dialogar en espacios de funcionalidad diferente: dormitorio, estar, biblioteca, entre otros. Así mismo en lugares con tipologías dimensionales distintas: casa, departamento.
