Refugio para El Errante

HANS KUBAT SARRIA

Ficha técnica:

  • Arquitecto: Hans Kubat Sarria.
  • Obra en madera, 39 m2.

Memoria

El Valle de los Cóndores es una zona de alta montaña (2000 msnm) perteneciente a la región del Maule, en Chile, específicamente en el km 136 ruta CH-115, que conecta nuestro país con la Republica de Argentina a través del paso internacional Pehuenche.
Este lugar juega con una constante dualidad: por un lado, está la nobleza y la belleza de sus paisajes; por otro lado, existe un clima inhóspito y escasa vegetación, lo que lo convierte en un lugar bastante hostil, pues en época invernal el acumulamiento de nieve puede llegar a los 6 metros de altura, y durante el periodo estival, la temperatura puede llegar fácilmente a los 34°, sin ni un elemento que pueda proporcionar una sombra o cobijo a quienes visitan el sector. A pesar de ello, éste ha sido un lugar de ocupación de diferentes comunidades a lo largo de la historia; un lugar de circulación de bienes y personas, desde los tiempos más remotos. Los pehuenches la utilizaban como el área para el comercio y la caza, además de ser un espacio ceremonial para su comunidad por la majestuosidad y belleza de su paisaje.
Hoy en día esta condición continúa, pero con un nuevo actor, LA COMUNIDAD DE ESCALADORES EN ROCA, quienes, en búsqueda de nuevos desafíos y aventuras, y la constante necesidad de dominar las montañas, recorren el sector en busca de columnas y desplomes rocosos en donde practicar su disciplina.

Por lo anterior nace LA PROBLEMÁTICA: ¿cómo poder amortiguar la estadía de estos deportistas en la zona a través de una infraestructura, y que ésta sea capaz de ser funcional tanto en época invernal como estival?

LA SOLUCIÓN, la construcción de un refugio de alta montaña, cuyo diseño considere las condiciones climáticas y morfológicas del territorio y que sea capaz de entregar un buen habitar a sus usuarios.

EL MÉTODO consistió en el desarme de una infraestructura olvidada: una bodega emplazada en el Km 124 de la ruta, utilizado para la guarda de materiales, posteriormente abandonado por el MOP tras la construcción de dicha ruta. La bodega en evidente estado de deterioro fue reciclada, a fin de que el proyecto no invadiera el lugar, ya que la estructura en cuestión era parte del paisaje, por lo que está inserto en la memoria de quienes visitan el sector con frecuencia. Por otra parte, ello permitió abaratar considerablemente los costos de su construcción.

De este modo, se trasladó el material 10 Km hacia el límite fronterizo, emplazándose frente a la arista que forma unión entre de las dos primeras paredes de escalada que se equiparon, y sobre la primera pirca que abrigo a quienes lo hicieron.

A casi 2 años de su construcción, El Errante se mantiene en buen estado, y es utilizado constantemente por esta comunidad; ha sido mantenido, cuidado y respetado por distintos activistas y deportistas de montaña, haciendo crecer a esta comunidad hacia otras aristas del deporte cordillerano.

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