CARREÑO SARTORI ARQUITECTOS
CARREÑO SARTORI ARQUITECTOS
LUGAR DE SUELOS PRIVADOS
El proyecto fue pensado desde el lugar, a partir de las condiciones propias de un sitio urbano a pie de monte, donde se emplaza un edificio de uso público que recibe a 2.000 espectadores.
El terreno, con un gimnasio existente precario, era vecino a una cancha de futbol y a una antigua piscina en desuso. Estos lotes se usaban a la manera de recintos independientes y privados, con cierros opacos; fragmentando el suelo y sin continuidad de recorridos. Los tres programas llegaban con muy poca holgura a los muros de bordes, quedando éstas partes de los sitios como retazos abandonados.
PROYECTO DE SUELO PÚBLICO
Los tres lotes pertenecían al municipio, por lo que la reunión de éstos–eliminando los cerramientos-, se entendió como una oportunidad arquitectónica, presentando al concurso público una propuesta de explanada deportiva conjunta, en que el cuerpo del nuevo gimnasio remplaza a los muros perimetrales y activa el uso de los bordes entre terrenos -con distintos programas, recorridos y accesos-, por sus cuatro caras.
La fachada sur enfrenta a la ciudad y en ésta se propone el acceso principal, de uso eventual. En la fachada norte –de luz directa- se incorporan accesos y usos cotidianos, relacionados al gimnasio de máquinas, cafetería y oficinas administrativas. Al oriente se acompaña la vereda pública con una rampa de acceso a la gradería norte y al poniente se ubican escapes de seguridad y programas complementarios a la cancha de futbol vecina: caseta de periodistas y camarines compartidos.
La propuesta de suelo es abierta a las veredas peatonales, incorporando al recorrido y uso público los lotes originalmente cerrados.
CIELO PÚBLICO
El espacio resultante bajo las gradas es difícil de resolver, por una parte hay un problema estructural y por otra una geometría difícil de usar, en la mayoría de los casos que estudiamos primaba la presencia de elementos estructurales por sobre la claridad del espacio.
Con el acceso principal al sur y sin disponibilidad de terreno anterior al edificio, el plano oblicuo bajo las gradas cobra valor. Se decide disminuir los apoyos al mínimo y eliminar los cerramientos verticales, resultando un vacío que sirve de antesala para una masa de gente considerable. Este gran alero, da sombra y protege de la lluvia, abierto a las brisas ascendentes del borde de ladera.
Con la obra avanzada, y este cielo público ya levantado, el municipio acogió la idea de remplazar la antigua piscina por una explanada de 40×40 mts., incorporando una nueva plaza para el sistema peatonal urbano.
LUZ INTERIOR CONTROLADA / DESCALCE DE LOS PLANOS
Se busca una luz interior controlada e indirecta, que permita tanto la práctica deportiva como la realización de reuniones y eventos públicos. Esta luz se logra con una envolvente superior de madera–montada sobre el hormigón de las gradas-, que se ordena en un juego de espacios intersticiales, resultantes de planos plegados, a la manera de un avión de papel.
Esta serie de planos se dispone en relación al recorrido solar y a los programas relacionados, partiendo desde la arista alta del acceso principal. El cuerpo levantado del edificio tiene una geometría facetada, que se relaciona a los suelos horizontales -incluida la cancha de madera interior- e inclinados con que se inserta la obra a la continuidad urbana.
ESTRUCTURA Y TRASLADO DE FUERZAS
El proyecto no sigue el óptimo estructural –de transmisión de fuerzas directamente al suelo-, pero consigue una cierta lógica, sistematizando la transmisión de las fuerzas por los distintos descalces entre elementos resistentes. Esos traslados de fuerzas -de la madera al metal y del metal al hormigón-, finalmente bajan hasta el suelo, para apoyarse en los elementos de fundación.
Este desplazamiento de las fuerzas engaña al ojo y muestra una suerte de flotación de las piezas y planos constructivos. Con esta estrategia estructural se consiguen las dos intenciones que dan origen a la obra: el despeje del suelo público y la luz controlada para el interior.