Se propone un liceo técnico especializado en construcción naval, cuya propuesta parte desde los galpones tradicionales de astilleros de Valdivia. Según esta referencia, el programa se inserta en una gran nave fuselada, permitiendo generar un espacio intermedio y continuo a lo largo de todo el establecimiento. Esto resulta especialmente útil considerando el clima lluvioso de la ciudad, al resguardar la mayor parte del programa en un único espacio. Dentro de la nave se insertan tres volúmenes sólidos para alojar el programa cerrado que, contrastando con la cáscara, establecen distintas relaciones entre los llenos y vacíos dentro del edificio.
La elección del sitio fue a partir de un análisis en el cual se levantaron: áreas verdes, trama fluvial, vías principales y establecimientos educacionales, desde donde se opta por un sitio de 10.400 m2 al sur de la isla Teja. Las cualidades geográficas también fueron importantes; este se sitúa entre el borde del río Callecalle y un humedal protegido, lo que otorga una condición de meseta al sitio y permite explotar sus cualidades topográficas.
El emplazamiento del volumen en el lado sur permite liberar el lado norte del terreno, construyendo un espacio semi-público que propone un mejor diálogo entre el borde fluvial y la ciudad. Además, esta orientación permite el asoleamiento completo de la fachada norte, aprovechando la escasa luz natural. Esta estrategia se complementa de un sistema de doble piel; en épocas de calor es posible abrir la carcasa para generar ventilación cruzada y convectiva, mientras que en invierno es posible cerrar el espacio por completo para mantener el calor. Dado que el edificio tiene alta capacidad para adaptarse, se genera una propuesta más sustentable al reducir el requerimiento energético asociado a climatización.
Se proponen dos sistemas constructivos, ambos a partir de piezas prefabricadas para agilizar la construcción. El primero de estos es el uso de paneles CLT para los tres volúmenes interiores, que forman el núcleo estructural del proyecto. El segundo sistema se posa sobre el primero y consiste en un sistema de piezas de madera laminada en menor escala, cuyo reticulado logra salvar las grandes luces de la envolvente, a la cual se le adhiere una capa de policarbonato retractable. Ambos sistemas se reconcilian con una viga armada, sosteniendo la envolvente y permitiendo la descarga de los esfuerzos a través de los volúmenes sólidos. El uso de ambos sistemas crea un contraste entre la carcasa porosa, cambiante, envuelta en materiales translúcidos y los volúmenes interiores, compuestos por paneles sólidos, rígidos y homogéneos.
El proyecto propone cumplir diversos objetivos. En el ámbito social, se propone promover tanto la belleza del trabajo astillero como en madera, ambos oficios propios de Valdivia, además de entregar un espacio de calidad para la educación.
Entre otras cosas también se proyecta una mejor conectividad entre la isla y el resto de la ciudad, de forma tanto terrestre, generando un trabajo de paisaje al norte del proyecto, como acuática, al crear un nodo en la trama fluvial mediante la construcción de una dársena anexa al proyecto.
