Liceo Técnico de Oficios Navales, La Rivera.
En el contexto del concurso, la construcción de un Liceo Técnico en la Ciudad de Valdivia ofrece una serie de oportunidades y dificultades al momento de plantear el proyecto, especialmente en cuanto a sus consideraciones climáticas y geográficas, en conjunto a un determinado programa y emplazamiento como pie. En primer lugar, se requiere de un terreno capaz de albergar un programa educativo náutico, con la necesitad de una salida hacia río, delimitando así la elección de un terreno adecuado para ello. El proyecto se dispone sobre una franja de tierra a partir del río y la línea del tren, de forma tal que el emplazamiento adquiere una condición de “entre líneas” al tener dos determinantes conteniéndolo, generando un espacio alargado y con cierta riqueza en sus bordes, dotándolo de una impronta longitudinal. Además, se busca recuperar los oficios náuticos relacionados a la carpintería de ribera local y artes afines, que pueden hallar en el liceo un espacio para su enseñanza, conservación y divulgación.
Por otra parte, el clima de la zona impone la necesidad de implementar estrategias de protección contra lluvias y vientos, a la vez que busca la luz y calor que otorga el escaso sol. La primera decisión es ordenar el programa en torno a un gran volumen alargado del cual nacen pabellones o alas, creando un cuerpo continuo, cerrado y lineal que se abre hacia su interior con pabellones en dirección al río en distintos ángulos, en oposición a la situación exterior. Tanto los vacíos interiores, ahora caracterizados como patios, y los pabellones de aulas orientados hacia el norte, quedan protegidos por el volumen sur. Por otra parte, las circulaciones se ubican al interior del volumen, evitando la exposición al clima.
Los espacios generados entre los pabellones, se ordenan en una secuencia de patios duros y verdes que toman forma según la organización de cada zona del establecimiento, dando paso a programas como el patio naval o la antesala al remate del gimnasio. Los pabellones se agrupan según su uso, de modo tal que el volumen principal alberga la administración y los volúmenes laterales aulas y talleres, subdividiéndose a su vez entre espacios de formación técnica, científico-humanista, salas de clase, etc. Asimismo, se puede observar la zona administrativa en el sentido longitudinal, con los talleres técnicos hacia el sur con una mayor cercanía hacia la zona deportiva, para luego dar paso a los talleres científicos y finalmente a las aulas, rematando al norte con el auditorio y la mediateca. Por otra parte, se genera un techo a dos aguas que busca con distintas inclinaciones trabajar las vistas posibles hacia el entorno vegetal y el rio. Finalmente, el programa remata en sus extremos con accesos que generan espacio público, proponiendo plazas que identifican el acceso al liceo, de tal forma que el proyecto participa de la comunidad y su entorno a la vez que de lo delimita.
