Este Liceo se emplaza en Hijuelas, provincia de Quillota, reconocida actualmente como “ciudad de las flores”, debido a su importancia cultural. El proyecto está focalizado en la enseñanza de la disciplina de Floricultura, actividad originaria en el sector como motor económico, social y cultural, ya que no existe un lugar donde se instruya el oficio. Estructurado en madera, con un área de 3208 m2 construidos, y suspendido por pilares de 40×40 cm de madera laminada, tiene como finalidad respetar el suelo como un área de cultivo de la disciplina, focalizándose con ello en la comprensión educativa y económica del oficio, con el propósito de perpetuar el conocimiento de la Floricultura.
El Liceo se emplaza de manera idónea para el cultivo y enseñanza de la Floricultura, ubicado en una reservada posición de acuerdo con la ciudad y ruta principal, en las faldas de los cerros para recibir óptimamente la luz y sombra. El predio limita con cursos de aguas, los cuales serán utilizados para el aprovechamiento sustentable concerniente al regadío.
El requerimiento de una temperatura óptima y el cuidado de no dañar el suelo, nos da un indicio de la conformación del edificio en beneficio de las flores. Se opta por elevar lo construido dejando la planta de suelo despejada. En la levedad, nace el Liceo técnico Jardín Modular, el cual se configura a partir de la madera laminada como material principal, en la conformación de la estructura, manteniéndose una relación directa con la naturaleza de la disciplina, donde la sostenibilidad y sustentabilidad prevalecen a la hora de instruir la floricultura, y con el uso de policarbonato, como material de fachada, usado para controlar la entrada de la luz y la temperatura de manera regular. Por la irregularidad del terreno se opta por la configuración de cuatro cuerpos modulares prefabricados, dejando un vacío central. Este se dispone como un lugar donde convergen las vistas y se articulan los diferentes espacios.
La primera estructura es una conformación modular prefabricada, que se configura por cuatro módulos suspendidos sobre pilares, con diferente orientación, para abordar el programa educativo y habitable; y la segunda, por una gran cubierta entramada que unifica lo “modular”, apoyada en las esquinas con pilares compuestos formando espacios interiores para la creación de invernaderos.
El programa se propone como un recorrido vertical abierto y flexible, por el cual se accede de manera sutil mediante una pasarela que va adentrándose al mundo de la floricultura culminando hacia el “laboratorio de las flores”, con zonificaciones claras. Los recorridos suspendidos se configuran de manera externa en su totalidad, envolviendo al programa.
Rodeado por un cordón montañoso y garante de un clima beneficioso, el Liceo llama a que la floricultura perdure, y extienda su ejecución sostenible con un respeto por el medio ambiente, del mismo modo que su materialidad ayuda a disminuir la huella de carbono, y, por otro lado, su estructura modular, incita a que la enseñanza de esta disciplina se extienda a otros lugares.
