El proyecto se ubica en la Ligua, región de Valparaíso y aúna en el profundo patrimonio textil de la comuna, con la formación y el rescate de los oficios que forjaron la identidad y tradición de la ciudad con sus tejidos artesanales, surgiendo así la concepción de un liceo técnico textil que celebre el presente, pasado y futuro de la que alguna vez fue la capital del tejido de Chile.
La familia Baltra fue pionera en la industrialización de La Ligua, levantando en 1928 la primera gran fábrica en la zona entre una abundante vegetación que asimilaba a un bosque entre grandes araucarias y palmeras, hoy funciona como hilandera y conserva toda su estructura original, máquinas y telares entre un frondoso bosque privado. Así, el liceo pretende rescatar la fábrica como un espacio semipúblico ordenado en función de un pabellón que se extiende por el interior de la manzana relacionando las diferentes preexistencias y edificaciones que lo rodean para potenciar este pasado que aún persiste en el presente, pero con menor fuerza.
La propuesta arquitectónica versa sobre la optimización y correlación espacial en base a una operación que articula al patrimonio industrial de La Ligua y su espacio público.
El pabellón de 159 metros de largo se enfrenta a la primera fábrica de tejidos de la comuna y sus frondosos jardines, elevándose 6,5 metros por sobre el nivel del suelo para generar esta dinámica de taller abierto que lleva a la parte técnica del liceo a una calidad de vitrina en la primera planta, la que en conjunto con la apertura de la ex fábrica buscan rescatar los oficios ancestrales de la zona.
Esta pieza urbana pone al límite la esbeltez de la estructura portante gracias a la sucesión de 52 pórticos compuestos por pilares de 2 piezas retraídas de 30 x 10 cm vinculados a 2 vigas Warren que recorren la totalidad del proyecto, conforman una verdadera vertebra que parte los esfuerzos laterales y axiales, logrando salvar grandes luces verticales en pos de mimetizar al máximo con su entorno natural circundante.
En suma, el liceo busca proyectar una gran estructura, ligera y permeable que se pierda lo suficiente entre los cordones montañosos de la comuna, la ex fábrica Baltra y su frondoso bosque, pero que sea lo suficientemente imponente como para reestructurar una zona patrimonial como una nueva pieza urbana que celebre la tradición de La Ligua y proyecte un futuro de arraigo y perfeccionamiento del rubro textil.
