MÓDULOS DE APERTURA BARRIAL
Población Juan Antonio Ríos
Hoy en día, a nivel global, observamos cambios paradigmáticos en cuanto a lo laboral, como consecuencia de las transformaciones ocasionadas por la pandemia, donde los espacios colectivos de las viviendas se han adaptado para responder a áreas de trabajo, estudio y pasatiempos familiares. Con ello, se han perdido ciertas instancias de interacción social que eran cotidianas en la vida de las personas; por lo mismo, resulta fundamental la búsqueda de nuevos espacios de trabajo en entornos domésticos, a través de los cuales se genera una reconfiguración de las áreas colectivas del barrio.
Ubicada en la comuna de Independencia se encuentra la población Juan Antonio Ríos, conjunto habitacional desarrollado en la década del 60, por la Corporación de la Vivienda (CORVI). Específicamente, es de interés el sector 3B, compuesto por un llamativo conjunto de bloques de dos tipologías, que se distribuyen, otorgando 4 grandes áreas de espacio colectivo para el desarrollo de actividades comunitarias, articuladas por la libre circulación que genera la aparente levitación de uno de los bloques. La amplitud de estos espacios, y la falta de programación han impedido que la comunidad pueda hacerse cargo de ellos, generado con el tiempo la sensación de inseguridad en los habitantes del territorio. El resultado es la fragmentación del espacio con rejas que protegen los bloques, desvirtuando el propósito del diseño original.
Con la idea de rearticular y reprogramar estos espacios, otorgando mayor complejidad y vitalidad urbana al conjunto, se plantea la inserción puntual de soportes programadores, que contengan distintos tipos de usos para fines laborales, definiendo 3 tipologías:
Módulo coworking: Organización, reunión y oficina.
Módulo Cultural: Espacio para el desarrollo de artes y exposiciones.
Módulo Comercial: Destinado para oficios y comercio barrial.
Una de las finalidades de estos módulos es la programación de los espacios colectivos, lo cual se hace posible a través de la liberación de la primera planta, facilitando la integración y extensión de actividades hacia el exterior de los módulos. Se genera entonces una relación simbiótica entre las labores de trabajo, las actividades domésticas de los bloques de vivienda y las acciones espontáneas del espacio público, otorgando una nueva perspectiva de integración entre las actividades privadas y las comunitarias.
En los módulos La primera planta es la más pública, por este motivo es además la de mayor altura (5 mts), en la segunda planta el programa de los volúmenes pasa a ser semipúblico, dando lugar a espacios de talleres o actividades que requieran mayor volumen (3,75 mts de altura). Mientras que en la tercera y cuarta planta el espacio interior es más privado, para un desarrollo de actividades que requieran mayor intimidad o espacios más acotados (altura de 2.75 mts). El módulo es rematado por una terraza superior, abierta para los vecinos, generando conexiones visuales con los espacios públicos.
La estructura de cada volumen se compone por un soporte central en el primer nivel, para liberar el espacio perimetral en contacto con el exterior. En el segundo nivel el soporte se expande hasta la parte exterior del volumen, creando una estructura mixta, la cual libera las superficies centrales de las plantas, y ya en sus plantas superiores la estructura es completamente exterior, liberando por completo las plantas.
La envolvente exterior de los volúmenes corresponde a una celosía, compuesta por elementos de madera que permean entre el interior y exterior, filtrando el ingreso de luz y la visibilidad del espacio público y de las viviendas. El espacio existente entre la estructura y la celosía es utilizado para la circulación vertical, conteniendo el espacio programado.
