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Trabajando al borde de la naturaleza y la ciudad

Código de equipo: ARQ2594

Universidad: Universidad Del Bio Bio

Sede: Concepción

País: Chile

Ciudad:Concepción

Equipo: Isidora Zapata, Florencia González, Katherine Martínez,

Profesores guía:Alejandra Bancalari

“Trabajando al Borde de la Naturaleza y la Ciudad”.

Un punto clave en el desarrollo de ambientes de trabajo confortables, es la relación entre el espacio interior y el medio ambiente exterior, debido a la gran cantidad de beneficios que la naturaleza le puede otorgar a los trabajadores. Tomando en cuenta la escala del centro de la ciudad de Concepción, el proyecto se emplaza en una condición de “borde” entre lo urbano y lo natural de ésta, el cual genera espacios de trabajo en constante comunicación con el entorno y de fácil acceso, que potencian la interacción social de las personas y el trabajo colaborativo.

La ubicación corresponde a un punto estratégico dentro de la ciudad, ya que además de entenderse como un “borde”, se presenta como un punto convergente entre las calles Víctor Lamas - Tucapel, y entre el cerro Caracol y el parque Ecuador, entregando al proyecto el carácter público y natural que busca tener.

A lo largo de la pandemia distintos especialistas han coincidido en que el teletrabajo puede afectar directamente en la salud de las personas, tanto física, como psicológicamente. Genera sentimientos de aislamiento, soledad, estrés y ansiedad en un individuo, debido a su falta de interacción colectiva y restricción del espacio. Esto nos da a entender que el ser humano es un ser social que necesita interactuar para enriquecer su conocimiento, por lo que el proyecto busca recuperar la comunicación perdida entre los trabajadores durante este tiempo, a través de zonas de trabajo flexibles permanentemente vinculadas y áreas verdes comunes, que permitan pausas activas donde se generen encuentros entre los usuarios, impulsando los vínculos laborales y el intercambio creativo.

El volumen del proyecto se articula a partir de un gran núcleo central, pensado como el pulmón del proyecto, el cual permite al edificio, vincular todos sus niveles de trabajo y mantener a sus respectivos usuarios en permanente contacto, a través de conexiones espaciales y visuales. Este gran centro se abre en el primer nivel, entendiéndose como el punto de “remate” del Parque Ecuador, el cual proporciona un espacio de reunión e interacción, que potencia el encuentro social y la vida en comunidad. Esta primera planta se eleva del suelo, dejando una planta libre que integra la bajada natural del cerro al proyecto, generando una fluidez que recorre hasta concluir en el núcleo central.

Las zonas de trabajo se desarrollan en plantas libres que a través de su circulación generan encuentros entre los usuarios. Los distintos ambientes de trabajo se jerarquizan mediante los niveles del proyecto, siendo el primer nivel un espacio público, destinado al trabajo al aire libre y al encuentro social. El segundo nivel es un espacio intermedio, amplio y sin divisiones, destinado al trabajo colaborativo y recreativo. Mientras que el tercer y último nivel presenta un carácter más privado, destinado a un trabajo silencioso e individual, pero sin perder el contacto con los demás usuarios.

En cuanto a materialidad, el edificio se despliega del nivel del suelo mediante 6 pilares estructurales con una base de hormigón y cuatro brazos de madera laminada cada uno, que responden a la idea principal, que es integrar el proyecto al entorno, estos pilares asemejan a los árboles, que al estar debajo y dentro del edificio, logran esta vinculación con la naturaleza exterior. La fundación representa las raíces, la base de hormigón, el tronco y los cuatro brazos, las ramas. Además, el primer nivel presenta 2 núcleos, que arriostran el edificio mediante muros de hormigón armado continuos en los tres niveles del proyecto, proyectándose como “corchetes” a los dos extremos del edificio. Cada losa está compuesta por una retícula modular de 2,5 x 2,5 metros de vigas, que, junto a diagonales de madera laminada, unidas por herrajes de acero ocultos, son capaces de cubrir luces de hasta 7.5 metros, permitiendo que las áreas interiores del proyecto presenten plantas libres que otorguen al trabajador espacios vinculados y comunicados.

“Las empresas empiezan a darse cuenta de que, en términos de productividad, la experiencia del empleado es tan importante como la eficiencia operativa de un inmueble.”

Guzmán de Yarza, Head of Workplace Strategy, JLL EMEA

 

                                                                                                                                                            Equipo ARQ 2594

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