Vivienda Urbana Rural en Puerto Ingeniero IBañez

La escala de lo urbano en la región de Aysén nos permite prever un nuevo modelo de agrupamiento que mejore las condiciones de habitabilidad, en su relación cultural y ambiental. 

Puerto Ingeniero Ibáñez, es un pueblo de 2000 habitantes, capital de la comuna de Rio Ibáñez, a las orillas del lago general Carrera. En los últimos 5 años se ha visto con una fuerte demanda de crecimiento e inmigración, lo que ha determinado importantes inversiones en nuevas infraestructuras y viviendas. Su estructura urbana está determinada por el uso rural y agrícola de su suelo urbano, lo que se refuerza en la periferia por la existencia de chacras de plantación, principal sustento económico del pueblo.

Dado la pequeña escala del pueblo, la propuesta busca integrar la trama agrícola con el desarrollo de vivienda, 

haciéndolas parte integrante del espacio urbano, generando y construyendo una imagen urbana acorde a su económica local, e iniciando un proceso que recoja la visión territorial que entiende el paisaje como patrimonio.

La incipiente urbanidad en Puerto Ibáñez nos permite soñar un nuevo modelo de crecimiento de ciudad ligado a la naturaleza del quehacer social.

La propuesta busca densificar los perímetros de chacras agrícolas con una tipología de edificio de vivienda que cuide la agricultura y acerque esa economía local a la cotidianidad de los habitantes.

La propuesta busca colaborar y reemplazar de manera paulatina a las arboledas de alamos presentes en el lugar (tienen más de 100 años y muchos enfermos), infraestructura verde relevante para el desarrollo de las sombras de viento necesarias para la actividad agrícola.

Como ejercicio proyectual, se propone mantener la densidad existente en las manzanas urbanas, cautelando en ese índice de constructibilidad, parte importante de la identidad urbano-rural del lugar. Esta identidad se potencia al liberar la planta baja de los edificios buscando una relación directa con las zonas de siembra y cosecha.

La propuesta consiste en densificar los bordes agrícolas próximos al centro urbano. Una política de suelo para viviendas que potenciaría la relación urbano-rural propia del lugar, cautelando las economías comunitarias presentes y socialmente cohesionadas. 

La tipología volumétrica se desarrolla a modo de paravientos, resultando en una “alameda de viviendas”. Módulos verticales de 12 metros de altura, que se unen tangencialmente para, en su longitud, procurar un sistema de infraestructura urbano-rural que mejore las condiciones ventosas de la actividad agrícola del pueblo. El resultado del conjunto se compone por el desfase de cada edificio para la búsqueda del asoleamiento natural para todos los recintos de la vivienda.  El primer nivel se libera con el fin de convertirse en un espacio intermedio, la temperie que cobija de la lluvia y el frío, e igualmente, el mediador y receptor de la actividad productiva de las familias.

Dada la dificultad climática y el acceso remoto, la propuesta arquitectónica está desarrollada de manera integral en relación con la secuencia constructiva. Una lógica de armado que parte con la fundación y colocación de los pilares de madera laminada verticales de 13 metros de alto (altura total del conjunto), para luego anclar entre ellos un sistema de losas y muros perimetrales en CLT. Como revestimiento exterior de cubierta y muros, se utiliza una placa de tipo ISOPANEL, con zinc alum en una sola cara. Esta terminación, en una sola pieza, sería anclada y fijada por el exterior al CLT de muro, en cada uno de los módulos de fachada vertical del conjunto de viviendas. 

Este sistema se ve beneficiado por la repetición de una solución de recintos estandarizada, y dado el sistema constructivo de montaje de superficies, lo definimos como un sistema balloon frame panelizado.

Si entendemos la política de vivienda como una forma de hacer ciudad nos hacemos la siguiente pregunta: ¿En qué medida el contexto geográfico y cultural de Aysén predetermina los resultados de su construcción social asociada a los núcleos urbanos que se manifiestan en el territorio? 

La propuesta de vivienda urbano-agrícola busca potenciar el sentido de pertenencia e identidad local. Una propuesta que invierte la mirada urbana para hacer ocupación del suelo rural peri-céntrico, con solo una tipología de vivienda, que se apropia de los usos y dinámicas económico-social.

Espacios y plazas agro-productivas, configurados y protegidos por un sistema comunitario y colaborativo de infraestructura urbana, por medio de agrupamiento de conjuntos de vivienda de interés social de densidad y altura media, haciéndose cargo de la necesidad de crecimiento demográfico y de la presión de nuevos suelos, por medio de un espacio negativo, pero complementario de lo urbano.