Ciclo de vida de edificios y eficiencia energética: la trayectoria investigativa de la arquitecta Bárbara Rodríguez

Barbara Rodriguez 1

La arquitecta es egresada de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, institución donde también se ha desempeñado como docente, desde hace más de diez años. En sus estudios, seminarios en los que ha participado y publicaciones en el extranjero, Rodríguez ha profundizado en áreas como la mantención, reposición y ciclo de vida de edificios, así como también en la sostenibilidad en el campo de la construcción.

“A través de la arquitectura comencé a explorar muchas disciplinas. Siempre me ha interesado el análisis de los organismos desde un punto de vista sistémico”, explica Bárbara Rodríguez Droguett sobre su gusto por la ecología, el cual venía desde antes de finalizar su carrera. Eso la llevó a cursar un magíster en ciencias en la State University of New York College of Environmental Science and Forestry, en Nueva York, de 2009 a 2011. Posteriormente, se interesó en la aplicación de esa visión a las organizaciones, entender su aprendizaje y evolución, por lo que cursó un magíster en administración pública en la Maxwell School of Citizenship and Public Affairs, también en Nueva York, de 2010 a 2011. “Finalmente, decidí enfocarme en la medición del impacto de inversiones en el medio construido, infraestructura y edificación, y así fue como llegué a terminar mi doctorado”, explica.

Lleva casi 12 años impartiendo clases en la FAU en el ámbito de tecnologías de la edificación y sostenibilidad en la construcción. Estuvo fuera de Chile durante cuatro años, pero regresó en octubre, debido a que trabajó para el Carbon Leadership Forum, programa de la facultad de ingeniería de la Universidad de Washington -que busca promover la sustentabilidad en la industria de la construcción- y la ONG Project Drawdown.

Para Rodríguez esta fue una experiencia muy enriquecedora desde el punto de vista profesional, ya que pudo aprender más de otras disciplinas como las ciencias sociales, innovación y tecnología. “Lo más difícil del contexto norteamericano es la cultura. Aprender a colaborar y establecer confianza en un medio multicultural requiere navegar por muchos códigos culturales. Es un desafío completo desde el ámbito de desarrollo personal”, agrega.

Retrato de Bárbara Rodríguez / B. Rodríguez

–Tanto en la recepción de sus estudiantes como a nivel país, ¿cómo ve actualmente la importancia que se le da a la sustentabilidad?

Hace muchos años que enseño sustentabilidad en el ámbito de la construcción y creo que los estudiantes siempre han sido muy receptivos, creo que es porque hay una generación completa que ha crecido muy conectada a los cambios ambientales y sociales a través de la tecnología. Chile, al igual que todos los países, debe incorporar una acción climática transversal. Es urgente. Somos la única generación de homo sapiens que experimenta un planeta en estas condiciones climáticas.

–Está muy en boga el uso de desechos y de sistemas de iluminación, ventilación y calefacción con menos huella de carbono, ¿qué falta para que dichos aspectos se masifiquen aún más?

A través de la ONG Project Drawdown, realizamos un ranking las iniciativas más efectivas para revertir el calentamiento global. Identificamos más de 80 soluciones que ya se encuentran en el mercado, y otras 20 que serían futuras. Creo que las soluciones ya existen, y su adopción masiva es inminente, pero todavía necesitamos entender que se trata de muchas medidas, no sólo una. Normalmente cuando hablamos de reducir gases de efecto invernadero (GEI), siempre pensamos en la energía eléctrica, la cual significa una reducción del 25 % del total de emisiones.

–¿Qué más habría que incluir?

La alimentación, incluyendo el uso de suelo y los sistemas de agricultura asociados. El 24 % de emisiones a nivel global se producen por la deforestación, incluyendo la reducción del Amazonas, el metano proveniente del ganado y el uso de fertilizantes. Necesitamos entender que las soluciones para el futuro que queremos ya están disponibles, pero no es una sola, son múltiples y actúan desde distinto ámbitos.

–Usted ha enfocado mucho su investigación en el comportamiento físico de los materiales, ¿se podría decir que la arquitectura y la ingeniería civil se necesitan la una a la otra?

Absolutamente. Estamos en una época histórica donde ya no es posible enfrentar un problema desde una sola disciplina. Esa idea de los silos disciplinares ya no es efectiva para enfrentar los problemas actuales. En el caso de la acción climática, es muy importante enfrentar el diseño de las ciudades desde la innovación en muchas disciplinas y eso incluye la interacción no solo entre la arquitectura e ingeniería civil, sino que también con ingenierías de la computación y las ciencias sociales.

El ciclo de vida de los edificios

En julio de 2019, en colaboración con la Fundación Charles Pankow, Rodríguez publicó A taxonomy for Whole Building Life Cycle Assessment (WBLCA), donde aborda la “evaluación del ciclo de vida de todo el edificio” y propone nuevos parámetros y definiciones, entre varias cosas. Si se determinara la esperanza de vida de los edificios gracias a los estudios de ciclo de vida, esta sería desde los 60 hasta los 120 años. Sin embargo, “en la práctica vemos que en muchas localidades los edificios no alcanzan a cumplir los 20 años en pie, muchas veces menos”.

La aplicación de sistemas de WBLCA para comprender el carbono incorporado en los edificios, posee una amplia gama de metodologías, según el país y caso de estudio. Además de esa especificación, los WBLCA evalúan todos los sistemas del edificio: estructura, envolvente, instalaciones y mobiliario, considerando el método más integral de asistencia al diseño de edificios de alto rendimiento o de bajas emisiones de carbono. “Sin embargo, diversas revisiones literarias han demostrado que los estudios de casos de WBLCA son difíciles de comparar debido a las propiedades específicas de cada edificio y a los criterios de cada análisis”, explica Rodríguez.

En otra investigación con la Universidad de Washington, donde se analizó los HVAC, (Heating, Ventilation and Air Conditioning) de distintos sistemas de climatización en una muestra de la edificación de alto rendimiento, en la región del estado de Washington, a través de estos factores que tienen como finalidad la reducción las emisiones de carbono. “Es una muestra, pero permite caracterizar y entender el impacto que tienen estos sistemas de climatización en el carbono total de la edificación. Nos dimos cuenta que el impacto inicial es bajo en comparación al resto de los sistemas (estructurales, otras instalaciones), sin embargo cuando lo vemos a lo largo del ciclo de vida, con las constantes mantenciones y reinstalaciones cada 15-20 años, el carbono incorporado de estos sistemas equivale al carbono de los sistemas estructurales de edificio”, concluyó Rodríguez sobre el estudio.


Bárbara Rodríguez junto a escaleras de madera / B. Rodríguez

–¿Cómo son las cifras de Chile en cuanto a mantenimiento de edificios? ¿Cuánto tiempo en promedio viven?

Todavía nos queda mucho por aprender en cuanto al mantenimiento de edificación en Chile. No existen estadísticas representativas para todo el parque edificado.

–¿Existe una distinción entre calidad y mantención de edificios patrimoniales en comparación con los que se construyen actualmente?

Desde el punto de vista de la sustentabilidad las edificaciones más eficientes son edificaciones existentes que se reacondicionan. Cada vez que se demuele un edificio patrimonial y se reemplaza por uno nuevo de alto rendimiento energético, tomará un periodo de alrededor de 80 años para compensar todas las emisiones que significó construir el edificio nuevo, incluyendo las emisiones incorporadas en materiales. Desde este punto de vista existe un argumento importante para conservar lo existente.

–¿Se aplica correctamente una evaluación de ciclo de vida a los edificios patrimoniales en Chile?

No que yo tenga conocimiento.

–Se menciona que su investigación será un gran aporte para profesionales de la ingeniería civil y arquitectura, ¿en qué los beneficiaría?

Las edificaciones son los artefactos más complejos que desarrollamos como sociedades. Involucran una gran cantidad de tecnologías que operan durante un largo periodo de tiempo. Mejorar el conocimiento a lo largo del ciclo de vida de la edificación permite poner en valor el y desarrollar el trabajo de muchas de las disciplinas que están involucradas.

–¿Qué consejos sobre etapas de las edificaciones y cómo realizar una mantención le daría a profesionales de la arquitectura, ingeniería y construcción?

Existen muchas oportunidades para reducir el impacto de la edificación a lo largo de todas las etapas del ciclo de vida. Con respecto a las etapas iniciales es muy importante poner en valor lo existente, aprovechar al máximo las estructuras que ya están en pie. Por otra parte con respecto al diseño existe un potencial enorme al diseñar de forma eficiente considerando orientación y forma de la edificación. Adicionalmente con respecto a las especificaciones, es importante adoptar una austeridad en el diseño, evitar las terminaciones y elementos de corta vida útil.

–Para cerrar, durante su trayectoria profesional, ¿le ha tocado presenciar escepticismo hacia la madera por parte de los profesionales?

Más que escepticismo creo que hay mucho desconocimiento a las ventajas comparativas de los sistemas constructivos en madera. El rechazo nace principalmente del desconocimiento, pero creo que hay muchas iniciativas actualmente que mejoraran la difusión de sus ventajas, especialmente desde el ámbito de la industrialización, prefabricación y sustentabilidad.


Escrito por Diego Zúñiga
Fotografía principal cortesía de Vancouver University
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