Un hall que mira al cielo, una plaza que respira vida y un edificio que dialoga con su entorno. Así es el proyecto de ampliación y remodelación de un importante organismo internacional con sede en Santiago, liderado por la arquitecta chilena María Virginia García, donde sostenibilidad y funcionalidad se encuentran para proyectar el futuro.
En el sector oriente de Santiago, la sede de un organismo internacional vive un proceso de transformación que combina respeto por la naturaleza, compromiso social y visión de futuro. No se trata solo de una remodelación arquitectónica, sino de una intervención que busca restablecer el vínculo entre el edificio, su comunidad interna y el entorno urbano.
La arquitecta María Virginia García, directora de Marivi García Arquitectura, asumió el desafío como consultora externa, guiada por las políticas de responsabilidad ambiental de la institución. Su propuesta no se limitó a resolver necesidades funcionales: integró la sostenibilidad medioambiental, financiera y social como eje rector, generando una obra con identidad y propósito.
El proyecto se desarrolló en tres frentes. El primero fue la remodelación del hall principal, pensado como un espacio de encuentro y difusión de las distintas agencias que conviven en el edificio. Allí, un cielo elíptico de madera de lenga —traída desde los bosques australes de Tierra del Fuego— despliega constelaciones que simbolizan la misión y espíritu de las instituciones que lo habitan. Este gesto, junto con el mármol travertino de Atacama que reviste muros y suelos, crea un ambiente cálido y solemne, al tiempo que abre una conexión visual directa hacia la plaza central.
El segundo frente fue la revitalización de la plaza y sus fachadas, convertidas en un ecosistema vivo. Un microbosque urbano, líneas verdes ascendiendo por las fachadas y dos muros vegetales ofrecen sombra, frescor y biodiversidad, creando corredores. La plaza, así concebida, congrega a la comunidad interna y la vincula con el entorno inmediato.
El tercer frente correspondió a la ampliación de la caseta de seguridad, diseñada para cumplir con los más altos estándares operativos, asegurando un control eficiente de accesos y resguardo de las instalaciones.
Con formación en la Universidad de Chile y un posgrado en Arquitectura en la Escuela Nacional de Arquitectura de París-La Villette, María Virginia García ha desarrollado una trayectoria de más de dos décadas en Chile y Argentina, liderando proyectos públicos y privados enfocados en sostenibilidad y gestión integral. “Mi propuesta integra la sostenibilidad medioambiental, financiera y social como eje central, promoviendo una arquitectura significativa, con identidad y comprometida con una forma más consciente de diseñar y construir”, sostiene.
El resultado es un edificio que responde a las necesidades actuales de la institución y que es testimonio de cómo la arquitectura puede ser herramienta de transformación, regeneración y conexión entre las personas y el medio que habitan.