Respondiendo al tema propuesto por el concurso CORMA de este año, un liceo Técnico en Madera, elegimos actuar en una ciudad mediana, fuertemente vinculada al territorio en que se emplaza. Se propone un nuevo edificio para albergar el Liceo Industrial de San Fernando, ubicado en la avenida Manso de Velasco, límite entre el centro y la periferia de la ciudad, se tuvo en consideración la oportunidad que presentaba este terreno, en el cual ya existe un liceo técnico, para relevar y potenciar las condiciones en que se imparten los estudios técnicos, mediante la arquitectura.
San Fernando, capital provincial de Colchagua, región de O’Higgins, con 78.000 habitantes. La agricultura, agroindustria y la viticultura son actividades fundamentales para su economía. Su liceo industrial es un centro de formación técnica importante, mejorarlo es una necesidad, considerando la gran cantidad de población rural cercana que asiste.
La idea principal, un conjunto de edificios flotando sobre un parque, en el que se desarrollan libremente actividades y las relaciones entre ellas, siendo además el elemento de continuidad visual y espacial con el entorno, al que está fuertemente conectado.
El diseño se basa en dos elementos principales, cilindros verticales de forma abombada distribuidos libremente en el parque y pabellones elevados que los unen. Su forma está inspirada en las estructuras agroindustriales que han ido colonizando el paisaje rural.
Se busca lograr un paso escalonado de lo público a lo privado, diferenciando los espacios según su intensidad de uso, desde una calle pública hasta salas y talleres completamente privados, conformando un conjunto de tres niveles de características radicalmente distintas entre sí.
En el primer nivel, abierto, libre y dinámico, se reconoce una plaza dura contigua al acceso principal, en forma de anfiteatro para eventos, luego los talleres técnicos insertos en una zona de abundante vegetación como colchón acústico y finalmente un anfiteatro deportivo con áreas de esparcimiento y vista directa desde la avenida Manso de Velasco.
El segundo nivel, concentra todas las circulaciones para llegar a las distintas salas y talleres, es dinámico, pero a diferencia del parque donde el caminar es libre, sin dirección determinada, aquí está restringido por el diseño.