Ubicado en la costa de Matanzas, “Samay Matanzas” combina diseño contemporáneo y materiales certificados para ofrecer viviendas sustentables que respetan el medioambiente y se integran al paisaje costero.
El proyecto “Samay Matanzas” emerge como una propuesta residencial de alta calidad frente al océano Pacífico, en la costa de Matanzas, Sexta Región de Chile. Compuesto por siete viviendas unifamiliares, este conjunto residencial se plantea como un espacio donde el respeto por el entorno natural y la sustentabilidad son pilares fundamentales, buscando ofrecer a sus habitantes no solo una casa, sino un estilo de vida en armonía con el paisaje costero. Con lotes amplios que oscilan entre los 850 y 1.200 metros cuadrados y superficies construidas que van de 220 a 280 metros cuadrados, cada vivienda despliega un diseño contemporáneo costero caracterizado por volúmenes simples y techumbres inclinadas.
La elección de materiales nobles y renovables es un sello distintivo: la madera certificada FSC utilizada tanto en la estructura como en los revestimientos exteriores, así como la madera laminada de la empresa Arauco, confirman el compromiso con fuentes sostenibles. Las cubiertas cuentan con aislamiento térmico reforzado para enfrentar la humedad salina propia del entorno marino, mientras que los amplios ventanales con termopaneles garantizan la optimización de la iluminación natural y la eficiencia térmica.
La sustentabilidad está presente en cada detalle del desarrollo. Un sistema centralizado de desalinización de agua de mar asegura el abastecimiento eficiente de agua potable para todas las unidades, complementado por una red interna que regula la presión y almacena reservas para maximizar el uso responsable del recurso. En materia energética, el proyecto incorpora luminarias LED de bajo consumo y una orientación cuidadosa de las viviendas para aprovechar la luz natural y la ventilación cruzada, minimizando la dependencia de energía artificial.
El proyecto pone especial atención en la reducción del impacto ambiental a través del uso de pinturas y sellos ecológicos libres de compuestos orgánicos volátiles (COV), y en la preservación del ecosistema local mediante jardines de vegetación nativa de bajo requerimiento hídrico. Los caminos interiores se diseñaron con materiales naturales y reciclados, como el maicillo y maderas reutilizadas, aportando coherencia a la integración con el paisaje.
La infraestructura urbana complementa la calidad y sustentabilidad del proyecto. Los accesos vehiculares están pavimentados con estabilizado granular, un material de bajo impacto que permite un tránsito cómodo sin afectar el entorno. Cada vivienda dispone de estacionamiento para dos vehículos, mientras que senderos peatonales y miradores frente al mar invitan a la conexión directa con el entorno natural.
La red eléctrica subterránea contribuye a minimizar la contaminación visual y proteger la infraestructura frente a las condiciones climáticas propias de la costa. Finalmente, el manejo responsable del agua se completa con un sistema modular para el tratamiento de aguas grises y negras, asegurando que el desarrollo no sólo aproveche los recursos de forma eficiente, sino que también minimice su impacto en el medio ambiente circundante. Este conjunto residencial, se posiciona como un referente de vivienda sustentable frente al mar, donde la calidad de vida y el compromiso ambiental convergen para ofrecer un proyecto acorde a las demandas actuales de sostenibilidad y respeto por la naturaleza.
Publicación original de Revista Ambientes
Imágenes de Sebastián Moix