23 de Octubre, 2017

La madera y su carácter simbólico destacaron en el Desing Week de México

Construida en base a columnas de hormigón y vigas de madera, la estructura fue presentada hace unas semanas y busca generar un espacio de contemplación en los jardines del Museo Tamayo en la capital del país azteca.

Columnas blancas de hormigón se mezclan con las vigas de madera para formar “Parteluz”, el nuevo pabellón de la novena edición del Design Week México, que se realizó entre el 11 y 15 de octubre pasados y que tiene como objetivo generar un espacio donde los actores más influyentes a nivel cultural, educativo, comercial y gubernamental puedan encontrarse.

El reconocido estudio de arquitectura mexicano Materia, con el apoyo del Museo Tamayo, desarrolló una estructura que fomenta la contemplación y la reflexión, pero que además es posible realizar actividades como yoga.

Instalada en los jardines del Museo Tamayo, en el parque Chapultepec –el parque público más grande de Ciudad de México– esta construcción se considera el equivalente al Pabellón de la London’s Serpentine Gallery y el Melbourne’s Pavilion.

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La estructura tiene forma de ojo y comprende dos filas de 70 columnas de hormigón prefabricado, idénticas entre sí, de 4,8 metros de alto. Ellas simbolizan el carácter esterotómico de la arquitectura mexicana, donde su peso y masividad se asientan en la tierra. Y en su conjunto conforman dos curvas, que crean un espacio íntimo para quien se pose en el medio.

Por su parte, las columnas se conectan entre sí por vigas de madera de pino, que también adquieren un carácter simbólico. Esta vez representan la artesanía y aquello hecho a mano, tan propio de la cultura mexicana. Todo el tejido que resulta de la combinación de formas y materiales proyecta las cambiantes sombras en las superficies de las columnas.

El pabellón, de alguna forma, es un mapeo del tiempo y está orientado en dirección este a oeste, por lo que la trayectoria del sol sigue por encima. Durante el día, las sombras proyectadas por las vigas en las columnas y por las columnas en el suelo se mueven lentamente por el espacio para mapear el paso del tiempo.

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“El pabellón sirve como un filtro fragmentario de los jardines circundantes y la infinidad del cielo”, explican los organizadores. “Su lenguaje expresa contraste y dualidad: el objeto y el vacío se unen en un tejido entrelazado de espíritu contemporáneo. Hecho con artesanía y técnica destilada, el espacio invita a la reflexión y a la contemplación”, agregan.

El pabellón comenzaba su construcción cuando ocurrió el fuerte terremoto del 19 de septiembre. Fue diseñado para resistir la actividad sísmica hasta una magnitud de 8.5, pero uno de sus arquitectos señaló a los periodistas que el equipo todavía estaba preocupado de que incurrieran contratiempos. El proyecto continuó y cumplió con la nueva fecha límite, tardando solo seis semanas en completarse desde el inicio.


Noticia publicada originalmente por Dan Howarth para el medio Dezeen.com

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