25 de Octubre, 2018
El brief de la competencia solicitó el diseño de un edificio de tres pisos para satisfacer las necesidades futuras de un gran restaurante y bar. La forma curvada crea una capa urbana exterior que fluye libremente alrededor del edificio en el nivel de la calle.
Con esta decisión, los diseñadores del estudio Collins and Turner crearon el Casa Barangaroo para así fomentar el movimiento de peatones mientras se alargan los balcones que rodean las plantas superiores de la construcción.
En las primeras investigaciones de la fase de diseño del proyecto, Collins and Turner buscaron proponer un edificio con una fuerte identidad visual que hablara de la naturaleza del programa, así como de las cualidades únicas del sitio.
De esta forma, incorporaron cristal sin marco hacia el norte y el oeste en el nivel del suelo, extendiendo el paseo marítimo hasta el bar de la planta baja. En los niveles superiores, los cristales de marco fino transforman todo el espacio en una serie de terrazas al aire libre.
Las terrazas, por otro lado, están envueltas por una jardinera, integrada en la circunferencia del plano curvo, creando un área de cultivo continuo para plantas ornamentales y comestibles que se utilizan en la oferta de alimentos de los restaurantes.
En el exterior, el edificio se identifica fácilmente por su fachada escultórica de madera que se curva en tres dimensiones. El exclusivo sistema utilizado para esta estructura hace uso de clavijas de madera concéntricas que fueron moldeadas individualmente con vapor.
Las clavijas se carbonizaron aún más para crear un tono oscuro intenso que no requiere una mayor mantención. Este acabado recuerda el acto de quemar madera, una parte esencial del proceso de cocción, que hace referencia al programa del restaurante. La ambición del proyecto era el diseño de una estructura acogedora, atemporal, que con el tiempo se convertirá en un ícono muy querido de la ciudad.
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