4 de Junio, 2019
En pleno 2019, la crisis medioambiental ha puesto en peligro todas las fuentes de materias primas. A las industrias se les está demandando una transición hacia modelos económicos y productivos más sostenibles y amables con nuestro ecosistema. Frente a este escenario de recursos limitados, la innovación juega un rol fundamental para poder suplir la demanda de alimentación, agua potable y energía limpia de la población. La bioeconomía es esa búsqueda. Permite, por ejemplo, convertir las algas en combustible, reciclar plástico, convertir desechos en muebles o ropa, y transformar los residuos industriales en fertilizantes de base biológica.
Los 28 países que conforman la Unión Europea llevan por décadas potenciando la bioeconomía. Algunas industrias que componen dicho sector productivo son la maderera, agrícola, ganadera, textil, cosmética, farmacéutica y de combustibles. No en vano en 2018 llegaron a facturar ganancias de 2 billones de euros y la creación de 18 millones de puestos de trabajo.
La Comisión Europea, división ejecutiva y legislativa de la Unión Europea, comenzó a impulsar desde 2018 una serie de medidas que buscan satisfacer los desafíos del cambio climático y orientar a las industrias hacia una producción más sustentable. Estas han sido algunas de sus estrategias, con el fin de ampliar y fortalecer el sector de la bioeconomía:
Aumentar la promoción y canales informativos. Con el fin de acercar el mundo de la bioeconomía a la ciudadanía y que esta se informe, en 2019 se invertirán 100 millones de euros en una “plataforma temática” sobre bioeconomía, donde habrá información sobre lanzamientos de productos, innovaciones, adelantos tecnológicos, etc. También en el plano económico sobre finanzas, inversión, y movimientos del mercado. Además de promover las buenas prácticas de bioeconomía, mostrando casos de éxito en empresas.
Desarrollo de un calendario estratégico con actividades sobre bioeconomía. Con el objetivo de potenciar una agricultura, ganadería e industria maderera más sustentable, se implementarán nuevos y mejores sistemas de riegos y alimentación. Para dar a conocer estas nuevas políticas, se desarrollará un “calendario estratégico” con actividades y planes pilotos que demuestren en la práctica estas novedades.
Capacitación de conceptos básicos sobre bioeconomía. Quienes trabajen en este sector, tanto en las pequeñas como en las grandes empresas, deben instruirse en aspectos como el cambio climático, el crecimiento de la población y disponibilidad de recursos y sustentabilidad, entre otros.
Supervisar y cuantificar datos. Con el fin de determinar si las empresas y trabajadores están implementando estas medidas que apuntan hacia una bioeconomía sostenible y circular, se realizará un seguimiento de sus procesos y resultados. Además, se recopilarán datos sobre los casos de éxito. Estas estadísticas estarán disponibles en un portal web, donde podrán acceder principalmente personas del mundo académico, como estudiantes y profesores.
Según el sitio web Finnish Forest Industries, el sector forestal es la base de la bioeconomía finlandesa. En 50 ciudades del país es la actividad económica principal. En total, el 80 % de la superficie pertenece a bosques. La industria finlandesa es valorada por gestionar cuidadosamente la producción en pro de una utilización sustentable de los recursos del suelo y agua.
La Comisión Europea, junto a la consultora finlandesa Finnish Wood Research Ltd y la Federación Europea de la Industria de la Madera CEI-Bois, propusieron como principal estrategia potenciar la investigación y desarrollo tecnológico de la madera. En cuanto a productos hechos de madera, buscan que estos sean más promocionados para poder competir con los convencionales. Y sobre los bosques, fuente de la materia prima, que estos crezcan bajo certificación sustentable.
“La industria de la madera está experimentando cambios importantes. Impulsar y reenfocar la investigación e innovación, y promover la cooperación entre las empresas de la industria, es una forma de responder a los desafíos del entorno operativo”, señaló Matti Mikkola, presidente del directorio de Finnish Wood Research Ltd.
En este importante encuentro del rubro maderero, realizado en Finlandia en octubre de 2018, se establecieron seis áreas específicas en las cuales se pondrá énfasis:
Además, Finlandia será sede de dos eventos que celebran la bioeconomía, como la II versión del WCBEF (Foro Mundial de Bioeconomía en español) que se realizará en Ruka, del 11 al 13 de septiembre de 2019. Y del European Bioeconomy Scene, en Helsinki del 8 al 10 de julio.
Ambos eventos están organizados por el Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Finlandia y la Comisión Europea, con la finalidad de generar mayor conciencia sobre los desafíos de la bioeconomía y generar un diálogo entre sector público, privado y académico.
Para la Comisión Europea, la principal preocupación es que las grandes empresas tomen conciencia del agotamiento de los recursos hídricos, la contaminación plástica en los océanos y niveles de CO2. El año pasado, el órgano de la Unión Europea reconoció a 24 empresas (principalmente emprendimientos) por tomar medidas concretas contra la contaminación.
Como la marca francesa French Carbios SA, quienes crearon una enzima que degrada los plásticos PET hasta sus monómeros, es decir, partículas más pequeñas. Gracias a este proceso, evitaron la producción de 70 millones de toneladas de plástico. En la misma línea, los holandeses Dutch Plastics NV, crearon una espuma de plástico resistente al calor, de origen vegetal, 100 % biodegradable y compostable, no inflamable y resistente al calor, que puede competir económicamente con los plásticos convencionales a base de petróleo.
Como todos los años, el llamado de la Comisión Europea es a que las empresas se comprometan con la sustentabilidad y que vean en ella las ventajas productivas que proporciona. También, que los gobiernos continúen promoviendo la investigación y desarrollo tecnológico para que la agricultura, silvicultura, pesca y ganadería, entre otras industrias, sigan siendo rentables en el sector de la bioeconomía.
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