Tesis de chileno en Cambridge determina el impacto de las políticas públicas en el desarrollo de edificios altos en madera

Eduardo Wiegand

11 de Mayo, 2020

Para la obtención de su magíster, Eduardo Wiegand investigó la realidad mundial de los edificios de madera en altura: pese a contar con el apoyo gubernamental, su construcción no es tan masiva. Tras la revisión de 39 proyectos de ocho países diferentes y entrevistar a sus involucrados, concluyó que las normas de construcción están al debe. El autor plantea que para suplir esa brecha se debe gastar en investigación y construir más para que existan precedentes, todo esto impulsado desde las políticas públicas.

La orientación interdisciplinaria fue lo que motivó al arquitecto Eduardo Wiegand Cruz a elegir el Interdisciplinary Design for the Built Environment, magíster dictado por el Instituto para el Liderazgo Sostenible en colaboración con los departamentos de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Cambridge. Además de la posibilidad de realizar su tesis bajo la supervisión del director del Centro para la Innovación de Materiales Naturales, Michael H. Ramage, quien ha liderado importantes proyectos de investigación relacionados a los edificios altos en madera, como el Super Tall Timber Project.

En este curso le fue posible compartir con profesionales provenientes de distintos continentes y experiencias laborales. Aspecto que se relacionaba con su cargo de jefe de proyectos del Equipo de Investigación del Centro de Innovación en Madera UC – Corma (CIM UC), ya que también trabajaba con diversas disciplinas. “El magíster entregaba herramientas para liderar equipos interdisciplinarios, por lo que el tema se relacionaba directamente a mi trabajo previo en el CIM UC. Además, mi investigación se enfoca en Edificios Altos de Madera, un tema que se encuentra dentro de los objetivos a mediano y largo plazo del CIM UC”, explica Wiegand.

“Hacia un entorno de edificios altos en madera: el impacto de los instrumentos de política en la primera generación de proyectos pioneros” se titula la tesis en la que estuvo dos años trabajando. En el primer año, en paralelo al desarrollo de otros proyectos, conceptualizó el tema de investigación y metodología. Durante el segundo se centró en la recolección de datos, análisis y escritura bajo supervisión periódica. Finalmente defendió su investigación frente a la comisión en septiembre de 2019.

El panorama internacional de los TWBs

Edificio Mjøstårnet en Noruega / Dezeen

Esta investigación, según señala el abstract, “busca comprender cómo los instrumentos de política han sido efectivos para promover el desarrollo de Tall Wood Buildings (TWBs)”, edificios de madera en altura. La academia sitúa los TWBs desde un mínimo de siete pisos y Wiegand se basó en esa definición.

El autor analizó, documentalmente y a través de entrevistas a sus involucrados, 39 proyectos de ocho países: Austria, Alemania, Inglaterra, Suecia, Noruega, Finlandia, Estados Unidos y Canadá. Estos tenían en común una industria forestal muy relevante, representada en un porcentaje importante de su producto interno bruto. En cuanto a las fuentes consultadas, indica Wiegand, fueron funcionarios gubernamentales detrás del desarrollo de políticas públicas (policymakers). También participaron expertos de la academia e industria, y profesionales involucrados en su desarrollo como ingenieros, arquitectos, constructores, proveedores de madera y gestores inmobiliarios, entre otros.

Wiegand se encontró con que, a nivel mundial desde 2008, se han desarrollado poco más de 50 TWBs. Respecto a las características de los proyectos analizados, explica que “se escogieron los países mencionados anteriormente porque tenían al menos tres proyectos construidos, en construcción o planeados (con permiso o con intención de proceder a la construcción). Los proyectos incluidos tienen al menos siete pisos y fueron desarrollados en base a sistemas constructivos en que la madera prevalece por sobre otros materiales en términos estructurales. La mayoría son edificios habitacionales, solo algunos tenían un uso mixto”.

Otros datos de esta revisión, por ejemplo, es que en Estados Unidos y Canadá “la madera es utilizada ampliamente en edificios de uno y dos pisos, siendo predominante por sobre otros materiales”.

En Austria y Alemania “han sido pioneros en desarrollo de productos de madera de ingeniería como el CLT. Desde hace algunos años su uso en edificios de mediana altura ya no es una excepción”.

Por su parte, en el Reino Unido, la superficie de bosques es bastante menor comparada a los otros países estudiados, sin embargo, “la flexibilidad de su marco regulatorio que incentiva indirectamente el uso de sistemas innovadores, facilitó el desarrollo de los primeros edificios sobre ocho pisos en Europa. Se utilizaron mayoritariamente productos importados desde Centroeuropa, que en ese momento, no permitían edificaciones de ese tipo”.

En todos los países estudiados, pero particularmente en Suecia, Finlandia y Noruega, explica Wiegand, numerosas políticas públicas han promovido fuertemente el desarrollo de TWBs. “Los gobiernos han financiado actividades I+D que han resultado en sistemas constructivos que han sido aplicados en estructuras de hasta 19 pisos. Además, campañas de difusión e información han promovido fuertemente la utilización de madera en altura”, agrega.

Los desafíos constructivos de los TWBs

La madera es el material más sustentable / Vox

Una de las principales conclusiones de esta investigación es que “las regulaciones y los códigos locales no prescriben soluciones para edificios altos en madera”. Esto, explica Wiegand, porque “tradicionalmente los códigos de construcción han estado basados en soluciones prescriptivas, es decir, usualmente se ha diseñado en base a alternativas definidas en las regulaciones. La adopción paulatina de códigos basados en desempeño desde los años 90 permitió el desarrollo de soluciones alternativas tales como edificaciones en madera de tres o más pisos”.

Su investigación reveló que la totalidad de los TWBs fueron aprobados por métodos alternativos basados en comportamiento, lo que conlleva a “costos adicionales asociados a la realización de pruebas y ensayos que fueron muchas veces co-financiados por instrumentos de política pública. Comprobar un comportamiento puede ser un proceso largo y costoso, ya que requiere realizar pruebas en laboratorio. Dichas soluciones se han convertido en precedentes tecnológicos y legales para edificios consecutivos”.

Según Wiegand, desde fines de 2019, solo en Estados Unidos y Canadá, los códigos proveen soluciones prescriptivas para edificios en madera de hasta 18 y 12 pisos respectivamente; sin embargo, hasta el momento no se ha aprobado ningún proyecto bajo este camino. En este contexto, agrega, la realización de actividades I+D para proyectos aprobados en base fue uno de los principales argumentos para promover estas soluciones.

“Esta situación revela un evidente conflicto: la actualización de códigos que proveen soluciones prescriptivas pareciera requerir previamente del desarrollo de proyectos piloto en base a desempeño, muchas veces considerablemente más costosos. Por lo tanto, en una primera etapa, gobiernos e industrias deberían estar dispuestos a invertir en iniciativas piloto con el objeto de que en el futuro los costos bajen, debido a la potencial existencia de precedentes legales y la actualización de códigos”, explica.

En cuanto a los aspectos que están más al debe en las Normas de Construcción que regulan los TWBs, los profesionales involucrados mencionaron los siguientes: resistencia al fuego, sistemas sismorresistentes, procesos de montaje eficientes, cambios organizacionales a lo largo de la cadena de valor y diseño colaborativo interdisciplinario desde etapas tempranas, entre otros.

Investigación y alianzas público-privado

Torre HoHo en Viena / J.Zotter

El arquitecto plantea la necesidad de gastos adicionales asociados con las actividades de Investigación y Desarrollo (I + D) para cumplir con los criterios funcionales establecidos en los códigos de construcción. “En Chile, aunque considerablemente menor a Europa y Norteamérica, existe gasto público en actividades I+D en el sector. Sin embargo, este se encuentra enfocado en actividades muy específicas que no generan vinculación entre los potenciales actores involucrados en la cadena de valor asociada al desarrollo de edificios de madera”, señala.

Además de las actividades de I+D, Wiegand comenta la importancia de las alianzas y colaboración entre privados y el sector público: “En los casos estudiados, los estados apoyaron alianzas estratégicas entre los distintos actores y profesionales involucrados en toda la cadena de valor. Equipos interdisciplinarios y empresas realizaron en conjunto las siguientes actividades: desarrollo de productos, procesos, ensayos en laboratorio, pruebas de montaje, diseño, construcción, etc. En algunos casos, se mandata que los resultados debían ser divulgados en manuales para su utilización futura por la industria en general”.

También se encontró con el apoyo estatal a través de otros instrumentos: “En algunos países existían programas enfocados en asistir técnicamente a los beneficiarios. En otros, se adaptaron regulaciones urbanísticas locales para facilitar el desarrollo de TWBs. Además, muchos programas se enfocaban en divulgar información acerca de casos exitosos, de atributos de sustentabilidad y otros beneficios para la comunidad, economía o el medio ambiente”.

Estos proyectos y actividades se convierten de esta forma en precedentes legales y tecnológicos para los proyectos futuros. Dicha afirmación, en el caso de Chile, se podría ver reflejada en el proyecto Torre Peñuelas y el condominio de viviendas sociales en Rancagua, a lo que Wiegand enfatiza: “Los precedentes son muy importantes, especialmente en ausencia de soluciones prescriptivas. Evidentemente, proyectos icónicos desarrollados en Chile pueden convertirse en referentes, siempre que la información técnica y legal esté disponible públicamente. De lo contrario, el conocimiento podría ser utilizado únicamente por los involucrados en los proyectos piloto. Esto ha ocurrido en muchos países, ya que la mayoría de los TWBs ha sido desarrollado por un número reducido de profesionales y empresas”.

Finalmente, Wiegand concluye que “los proyectos pioneros tienden a influir en las ediciones de códigos de construcción” y que la aprobación solo se puede obtener por rendimiento. La fórmula es clara: se debe construir más en madera para derribar sus barreras y mitos. Demostrar que sí es posible.


Escrito por Diego Zúñiga
Fotografía principal cortesía de Panels and Furniture

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