9 de Marzo, 2021
Casi de forma inconsciente, el plástico forma parte de nuestras vidas de muchas formas y maneras. Por ejemplo, mediante el uso de utensilios y consumos de productos que vienen envueltos en él, a veces se pone en riesgo la salud del planeta si no se manipulan responsablemente. Como demostración, un dato no menor: según cifras oficiales, cada minuto se compra un millón de botellas de plástico; al año se usan 500.000 millones de bolsas y, en caso de que no se tomen medidas, para el año 2050 existirán cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en vertederos y en el mar.
Por razones tan potentes como ésas, es que surge la propuesta I Am Not Plastic, emprendimiento chileno que pone a disposición productos que mantienen lo bueno del plástico, pero que cuentan con la particularidad de que son 100% compostables. Según Rodrigo Sandoval, fundador de este proyecto, la idea central es mantener la funcionalidad, comodidad y versatilidad de los productos hechos a partir de esta materialidad, pero evitando las pésimas consecuencias que provoca en el medio ambiente.
“Nos mueve comenzar a construir hoy un mundo sin plástico, invitando a todos a unirse a esta causa con un mensaje positivo, creando conciencia de manera entretenida y enérgica. Sabemos que si todos hacemos pequeños gestos en nuestra forma de consumir podremos generar un impacto que trascienda en los años”, visualiza.
Justamente uno de los puntos que más curiosidad provoca es el que tiene que ver con el reemplazo de un material por otro, ya que el plástico cuenta con una serie de cualidades prácticas que, tal como dice Sandoval, lo hacen ser cómodo, masivo y polifuncional. Ante esto, la pregunta sería: si no fabrican con plástico, ¿entonces cuál es el material que lo suple?
La respuesta da cuenta de productos elaborados a partir de biopolímeros (macromoléculas presentes en los seres vivos) que provienen del azúcar de las plantas, los cuales generan una baja huella de carbono en su elaboración y que cuentan con el gran beneficio de ser totalmente biodegradables. Es aquí donde se aprecia una enorme diferencia con los plásticos comunes, ya que, además de tener la ventaja de cumplir su misma función, no produce contaminación ni perpetúa la degradación de la Tierra y océanos.
Abarcando el proceso de manera más amplia, también podríamos hablar de bioplásticos, los cuales, con la utilización de materias primas como carbohidratos (almidón), proteína (gelatina) y con la ayuda de un plastificante natural (glicerol), pueden sustituir a los plásticos sintéticos que no son biodegradables y que son, a la larga, los causantes de intoxicar el mundo en que vivimos.
Al tener el “secreto” de cómo sustituir al plástico para fabricar algunos productos, se podría pensar en una serie de sucedáneos para incluir en la lista. En este caso, sin embargo, al tratarse de un emprendimiento que quiere adentrarse con fuerza en el mercado y, a su vez, ir generando conciencia, la oferta de productos es controlada y siempre atenta a la respuesta de los clientes. Rodrigo Sandoval lo sabe y allí radica la importancia de penetrar de forma clara a través de una marca que logre transmitir un mensaje, pues si bien la oferta actual es de cinco productos diferentes, la idea es que en el futuro éstos puedan aumentar para solidificar el nombre de I Am Not Plastic y generar también más cambios en los hábitos de la población.
“Esto es sólo el comienzo”, dice Sandoval. Y agrega: “Esperamos con el tiempo ir sumando nuevos productos y que muchos más se sumen al consumo consciente y responsable”.
En cuanto a los productos en sí, encontramos bolsas de basura de tamaño pequeño, mediano y grande, bolsas herméticas de cierre fácil medianas y grandes, films adherentes de 20 y 30 metros, bombillas en cajas de 50 unidades y bolsas para desechos de animales en cajas de 40 unidades.
La marca promueve el compostaje una vez que los productos son utilizados, pero Sandoval incluso avizora más allá, ya que no sólo se trata de generar conciencia y crear nuevos estilos de vida, “sino que además, aun si no lo haces, habrás aportado a proteger el planeta, pues la producción a partir de materias primas de origen vegetal libera la mitad de gases de efecto invernadero que un mismo elemento de plástico convencional”, explica.
Sin duda una excelente alternativa para crear conciencia y, por añadidura, apoyar un emprendimiento 100% chileno.
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