Más que ganar: Las reflexiones del equipo premiado por Madera21

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9 de Abril, 2023

El representante del equipo ganador del pasado Concurso de Arquitectura de Madera21, Aníbal Arancibia, reflexionó sobre los aprendizajes que lograron como equipo realizador del proyecto  “Revitalización del Plan”. La propuesta consideró madera laminada para potenciar y recuperar la zona patrimonial de Valparaíso. 

El proyecto ganador del XVII Concurso de Arquitectura de Madera21, titulado “Revitalización del Plan” fue ideado por Aníbal Arancibia, Jorge Reyes, Daniel Burgos y los profesores guías Cristóbal Tirado y Joaquín Díaz de la carrera de Arquitectura de la Universidad Finis Terrae. El proyecto abordó la temática principal de la convocatoria del año pasado:  “Vivienda y micro-radicación”. 

El proyecto usó madera para densificar en altura un total de seis unidades familiares por cada edificio patrimonial recuperado en Valparaíso. La problemática que desarrolló el equipo se gestó en un viaje de los estudiantes al puerto, donde detectaron el abandono del sector El Almendral y el desplazamiento de la población hacia sus cerros. El objetivo de la “Revitalización del plan” fue, en ese sentido, recuperar el centro por su alto valor histórico y arquitectónico. 

Hoy, en quinto año de la carrera, Aníbal Arancibia describe el desarrollo que tuvo el proyecto junto a su equipo: “No sólo adquirimos habilidades para la arquitectura sino que también herramientas como el trabajo en grupo y el valor de la comunicación”, puntualizó a unos meses de conseguir el primer lugar. 

-¿Por qué les interesó Valparaíso?

-Fue casualidad. Ese verano, 2022 había ido con mi polola al puerto y teníamos en la mente “La micro radicación” que había propuesto Madera21 de Corma, como tema del concurso.  En Valparaíso habían varias construcciones que servían de ejemplo: estaban abandonadas y tenían un alto valor patrimonial. ¿Por qué no Valparaíso? Todos se enfocan en Santiago. Y la Santiago aguanta todo.  La primera premisa fue hacerlo afuera de la capital, eso queríamos. 

¿Cuál fue la problemática que abordaron como equipo?

En Valparaíso, un 72% de la población vive hacinada en el cerro. Por el contrario, en el Plan (o  centro de la Ciudad Puerto) hay muy poca habitabilidad y muchos edificios patrimoniales abandonados. Ahí nos tomamos de ese argumento: ¿por qué no repoblar el El Almendral? ¿Por qué no revitalizarlo con viviendas en madera que enfrenten el deterioro del patrimonio?

Fueron premiados con el primer lugar por esa idea. ¿Cómo recibieron el premio?

Los tres estábamos súper contentos, felices. A nivel nacional, ganar un concurso es un estímulo inmenso. Te hace sentir que no eres malo en lo que haces. A todos nos dio más seguridad. Si ganamos esto: ¿qué más viene ahora? Fue un impulso para nosotros. 

 

De izquieda a derecha: Los estudiantes  Daniel Burgos, Jorge Reyes, Aníbal Arancibia y el profesor guía,  Cristóbal Tirado. 

¿Qué rol cumplieron los profesores guías: Joaquín Díaz y Cristóbal Tirado?

Ellos son súper buenos docentes. La oficina de Cristóbal Tirado trabajó en la restauración de algunos funiculares de Valparaíso (Cordillera, Concepción y Espíritu Santo). Joaquín Díaz nos guió por El Almendral al señalarnos la problemática de ese barrio. Eso fue fundamental. 

Con la experiencia adquirida: ¿Qué consejos darías a los postulantes de este año 2023?

Que la clave es comunicarse. Si tienen que mandarse a la cresta de la loma, como grupo, comunicarse de buena manera es lo mejor para solucionar conflictos. Todos debieran tratar de empoderarse, porque los trabajos cuando son de tres o cuatro personas ya dejan de ser individuales y pasan a ser grupales. La comunicación, ahí, es primordial. 

¿Por qué usar la madera?

El tema de la madera lo analizamos en varios talleres anteriores, por lo que ya lo tenemos incorporado. El año 2020 presentamos la idea  de innovación en madera  “Huerto del Ángulo” y aunque no ganamos, nos sirvió para tener más experiencia. Esa idea la presentamos con Ariel Carrión y Arantxa Chibey con la guía de Alberto Moletto. Él fue también un excelente profesor guía. 

¿Qué importancia tienen los profesores al diseñar un proyecto?

La experiencia que tienen en concursos es su mayor capital y eso es algo que uno como estudiante debe aprovechar. Ellos van indicando en qué invertir tu tiempo y en qué áreas del diseño del proyecto puedes ir mejorando. Siempre se puede mejorar.  Y para los concursos hay que ser estratégico, ellos saben cómo hacerlo.

¿Con qué sueñas hoy?

Mi proyección es la obra pública porque es lo que le da el carácter a las ciudades. Las ciudades tienen que estar más conectadas porque hoy los individuos están muy aislados por la forma en que se han diseñado las viviendas. La obra pública es la pieza clave para los ciudadanos, los habitantes. Para mí, el ejemplo más característico es el GAM. Esa obra invita a recrearse, a compartir con la gente. Me gustaría también hacer casas, pero creo que hay más riqueza en la obra pública. 

¿Conseguiste alguna herramienta para tu vida luego de concursar en Madera21?

Trabajar en equipo potencia las habilidades blandas. Uno tiende a ser arrogante o el dueño de la verdad, pero entender que uno no tiene los mismos tiempos que el otro, ayuda a relacionarse mejor. Lo mismo que el lenguaje: saber cómo decir las cosas, es algo que uno va aprendiendo cuando trabaja en grupo. En el futuro tendremos que seguir trabajando en grupo: con el ingeniero, con el maestro, con el cliente. Este ejercicio de crear algo que puede ser aplicado, tiene valor para tu ejercicio futuro, así que vale la pena concursar y porner al máximo las capacidades. 


Por Redacción Madera21

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