Madera, tecnología e innovación son parte de los atributos que reúnen los diferentes emprendimientos presentes en la última edición de la muestra “Hecho en Chile, hecho en madera”, que tuvo lugar en la XVIII versión de la semana de la madera organizada por Madera21, una muestra que también le abre espacio a la revalorización de residuos y la sustentabilidad.
Su resistencia, versatilidad y belleza hacen de la madera un material significativo para el uso cotidiano, el entretenimiento y el adorno. Y a la hora de entregar un presente, tal como en esta Navidad, puede ser un recuerdo invaluable gracias a su origen natural, su duración y propósito desde la sustentabilidad.
En esta nota conoceremos más de distintos emprendimientos que participaron de “Hecho en Chile, hecho en madera” en la reciente versión de la Semana de la Madera, organizada por Madera21.
Si de juguetes se trata, los clásicos autitos y figuras de madera no pasan de moda, sólo que hoy se renuevan con nuevas técnicas de manufactura. Tal es el caso de Lopa Juguetes, que utilizan madera nativa y recubrimiento no tóxico de cerca de abeja y aceite de linaza prensado en frío para crear juguetes simples que promuevan el juego libre en la infancia.
Tepu Juguetes, por otra parte, propone animales de granja, autos y pistas de madera con un modelado especial que los hacen perdurables en el tiempo, usando los criterios de las pedagogías Montessori y Waldorf.
Y para fomentar la creatividad y la estimulación, CNC Objects ha desarrollado TRI, un sistema de construcción a partir de piezas que se conectan entre sí con infinitas posibilidades, permitiendo trabajar la motricidad fina, la geometría y el equilibrio.
Muebles y decoración
A partir del reciclaje de pallets en la Región de Tarapacá, Alikum desarrolla muebles a medida, sillones, conjuntos para terrazas, sillas y mesas, entre otros productos, buscando generar conciencia ecológica y soluciones integrales para la revalorización de residuos.
En una línea similar trabaja Gussa Maderas, con artículos de maderas nobles rescatadas y pallets. Su catálogo ofrece desde enseres hasta accesorios, pasando por calendarios, juguetes y dispensadores.
El emprendimiento Ruchi, en tanto, combina distintos tipos de madera, tratamientos y terminaciones para desarrollar un mobiliario funcional y consciente, mientras que Chill Picnic se ha especializado en mesas plegables para picnic, tablas de tina y otros accesorios en madera.
Explorando la madera contrachapada y el diseño optimizado para la autoconstrucción es que el Estudio Machimbre ofrece una diversa colección de objetos funcionales de colores neutros y tintes naturales, queriendo contribuir en la armonía de los espacios habitables con sillas, jugueteros, pupitres y estantes.
Por último, Mundus Diseño fabrica objetos funcionales, de ornamentación y desarrollo de áreas de juego, a partir de formas llamativas y elaboradas con Duelas de Lenga. Listones de esta madera nativa nacional que, mezclado con la carpintería digital, viene a revalorizar este material e integrarlo con herramientas digitales.
Orfebrería y más
Dedicado a la orfebrería en madera, Diario de un Artesano trabaja en especies como el Picoyo, el Roble, el Nogal y otras especies nativas que se encuentran en demoliciones o por ofrecimiento de otros carpinteros. Su catálogo presenta distintas piezas y al mismo tiempo brinda un recorrido por el aprendizaje de técnicas de este oficio.
También en este tipo de realizaciones destaca Nicolás Hernández, diseñador que lleva más de 30 años de trayectoria dedicado a la joyería de autor y el diseño de objetos a pequeña escala. Lo suyo tiene una dedicación especial por la experimentación en distintos componentes, teniendo a la madera como principal estandarte.
Rubrum, en tanto, recupera skateboards en desuso para revalorizar la madera, dedicándose a la joyería, la ambientación y el arte del hogar. Sus piezas prometen un enfoque sustentable, ético y en armonía con el entorno, a partir de la revalorización de calidad con residuos.
Otro emprendimiento que sigue esta línea es Taller Mar Andino, el cual rescata maderas nativas del sur de Chile como el laurel, el lingue, ciruelillo, raulí, castaño y nogal, con el fin de tallar artesanías náuticas. Algunos de sus mejores ejemplos son sus mascarones de proa, que evocan la universalidad del poeta Pablo Neruda y la navegación en el siglo XVII.
