Diseño y compromiso ambiental

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27 de Noviembre, 2024

Desafiados por los juegos de luces y sombras en conexión con la madera como protagonista de sus creaciones, seis equipos de estudiantes de distintas universidades e institutos profesionales fueron destacados en el Concurso de Diseño de Madera21. En esta nota les invitamos a conocer sus proyectos.

En su XIII edición, el Concurso de Diseño de Madera21 reafirmó su compromiso con el desarrollo del talento joven y la exploración del potencial de la madera como material versátil y sostenible. Bajo el tema Control Lumínico, los participantes crearon piezas que integraron el diseño y la luz en objetos y espacios funcionales, innovadores y sostenibles.

El certamen reunió a estudiantes de distintas universidades e institutos profesionales, quienes transformaron la madera en soluciones que destacaron tanto por su funcionalidad como por su estética y que resonaran con las demandas contemporáneas de sustentabilidad. Las propuestas destacadas van desde lámparas decorativas hasta juguetes educativos, destacando la capacidad de la madera para transformar espacios y experiencias.

A continuación, te presentamos a los proyectos ganadores, como muestra del potencial creativo que se puede alcanzar con la madera.

Primer Lugar: Mako’i

Bajo la guía de la profesora Natalia Burgos, Valentina Olea y Nicolás Miranda, de la Universidad Técnica Federico Santa María, dieron vida a Mako’i, una lámpara de pie compuesta por costillas de terciado de eucalipto y una pantalla de MDF con patrones kerf, aprovechando la tecnología CNC láser para lograr precisión en los detalles y un ensamblaje sin adhesivos externos, que combina elegancia, funcionalidad y sustentabilidad.

Mako’i nació del deseo de crear un objeto que fuera funcional y que, a su vez, transformara los espacios es por lo que el diseño se centró en un diseño simple, pero destacado, “una lámpara atractiva, elegante”, explica Valentina. Este enfoque llevó al equipo a desarrollar una luminaria que, con su interacción entre la luz y las sombras, generará una atmósfera acogedora, perfecta para cualquier hogar.

Cualidades como estructura de fácil ensamblaje, que permite un montaje y desmontaje simple, además de ser sencilla de transportar, identifican los creadores del proyecto. También señalan que el material elegido puede perdurar durante el tiempo y que las características de la madera garantizan estabilidad al diseño.

El proceso creativo no estuvo exento de retos, nos comenta Valentina. “El desafío más grande fue el diseño de la pantalla de la lámpara, ya que influía el material, la densidad de cortes y las sombras que queríamos proyectar”.

Segundo Lugar: Shadow Shapes

Con la orientación del profesor Eduardo Piñones, Javiera Pino, Sofía Reyes y Alfonso Menares, de la Universidad Técnica Federico Santa María, desarrollaron Shadow Shapes, un juguete educativo que combina aprendizaje y juego al aire libre mediante la interacción con la luz solar.

El proyecto consiste en un tablero equipado con tarjetas de proyección montadas en un soporte móvil. Estas tarjetas, diseñadas con formas geométricas de colores, proyectan figuras sobre el tablero al recibir luz solar. Los niños pueden ajustar el ángulo del soporte para alinear las proyecciones, mientras que los bloques geométricos incluidos permiten completar las sombras proyectadas como si fueran un rompecabezas.

El material principal es el pino, elegido por su resistencia, seguridad y facilidad para ser trabajado con cortadoras láser. “El pino es ideal porque es blando pero resistente, lo que minimiza riesgos como astillas, además de ser un material higiénico y accesible”, señala el equipo. Este enfoque no solo asegura un producto seguro y funcional, sino también económicamente viable, considerando su facilidad de manufactura y disponibilidad en el mercado.

Desde el diseño CAD hasta la producción con cortadoras láser, el equipo priorizó la precisión en la creación de las piezas, logrando un juguete que es fácil de ensamblar, transportar y mantener. Su estructura redondeada y estable garantiza la seguridad del usuario mientras fomenta la exploración y el aprendizaje mediante la luz y las sombras.

Tercer Lugar: NatureGlow

Marcela Aguilera Albornoz, de la Universidad Mayor, bajo la guía del profesor Milton Iván Orrego, presentó NatureGlow, una propuesta que transforma guirnaldas de luces LED en piezas decorativas. Las pantallas, disponibles en modelos como Copihue, Hexagonal y Curvada, combinan un diseño personalizable con materiales sostenibles como el terciado de pino enchapado en eucalipto.

“Inspirarme en la relación entre la luz y la naturaleza fue crucial. Quise explorar cómo la madera puede transformar la percepción de la iluminación y ofrecer una experiencia que conectara lo funcional con lo emocional”, afirma Marcela.

El proyecto enfrentó desafíos técnicos, como equilibrar estética y funcionalidad. “Diseñar un sistema de ensamblaje intuitivo que también protegiera las ampolletas fue un reto, pero las pruebas nos permitieron encontrar un equilibrio perfecto”, explica.

Para Marcela, el reconocimiento tiene un valor especial. “Obtener el tercer lugar valida que las ideas sostenibles tienen un espacio en el diseño actual. Este logro me motiva a seguir creando proyectos que aporten valor al medio ambiente y a las personas”.

Mención Honrosa 1: Quillay

Quillay, diseñado por Sebastián Sepúlveda de Duoc UC, y guiado por la profesora Isidora Guarda presentó una luminaria de superficie inspirada en las ramas del árbol homónimo. Este diseño combina funcionalidad y simbolismo, rindiendo tributo a los árboles emblemáticos de Chile a través de un mecanismo lúdico que permite controlar la intensidad de la luz mediante un deslizador.

Sebastián Sepúlveda comparte que la idea de Quillay forma parte de una visión más amplia: “El diseño de Quillay sigue la línea de Araucaria, la luminaria que presenté el año pasado. Mi idea es hacer una colección de luminarias de diseño entretenido y lúdico, que le den un spotlight a los árboles de Chile”. La elección del quillay como inspiración personaliza aún más el proyecto: “La idea salió del árbol que estaba en la plaza donde jugaba cuando era chico. Le decíamos ‘el árbol de las estrellitas café’”.

La luminaria está fabricada en MDF, un material versátil que permite formas dinámicas y plásticas. Su diseño se centra en mostrar cómo la madera puede ser flexible, dejando atrás las nociones tradicionales de rigidez. Con su sistema de iluminación ajustable, Quillay ofrece dos modos principales: una luz blanca concentrada para actividades específicas y una cálida más tenue, ideal para generar un ambiente relajado.

Para Sebastián, recibir una mención honrosa por segunda vez es un reconocimiento significativo. “Concursar es un desafío entretenido. Ser reconocido por segunda vez me dice que puedo tener éxito creando las cosas que me gustan”, señala.

Mención Honrosa 2: Daki

Catalina Escobar y Jorge Miranda, de la Universidad Técnica Federico Santa María, guiados por Natalia Burgos, crearon Daki, una lámpara de techo que proyecta patrones de sombras inspirados en la naturaleza. Este diseño utiliza terciado de eucalipto ensamblado mediante encastres, lo que resalta la resistencia y la estética del material.

“Nos inspiramos en cómo las hojas de los árboles proyectan sombras al suelo, creando patrones únicos. Queríamos que Daki reflejara esa conexión entre luz y naturaleza”, explican.

El equipo enfrentó desafíos técnicos al trabajar con piezas 2D para crear una estructura tridimensional. “Lograr estabilidad sin comprometer la estética fue un reto, pero el uso de encastres en lugar de adhesivos nos permitió mantener la coherencia del diseño”, destacan.

Aunque aspiraban a estar en el podio, los creadores de Daki valoran el reconocimiento recibido. “Saber que nuestra lámpara fue apreciada por los jueces nos reconforta. Este proyecto nos enseñó mucho sobre diseño y sustentabilidad, y estamos orgullosos del resultado final”, concluyen.

Premio Votación del Público: Komorebi

El equipo compuesto por Sebastián Rivera, Máximo Sepúlveda, Vicente Aguilar y Oscar Yáñez, estudiantes de Duoc UC bajo la guía del profesor Hernán Sáinz, presentó Komorebi, una luminaria que crea una ambientación cálida y relajante mediante luz indirecta que emana de sus cajonetas de diferentes tamaños.

El proyecto se dirige a personas jóvenes, entre 25 y 39 años, que habitan su primera vivienda y enfrentan el reto de aprovechar al máximo espacios reducidos. “Nuestra luminaria tiene como fin utilizar los espacios residuales, creando un ambiente de relajación para el usuario mediante luz cálida indirecta”, señala el equipo, destacando la funcionalidad y versatilidad de su diseño.

Inspirados en el estilo japandi, los creadores seleccionaron madera de pino radiata cepillado, apreciada por su apariencia natural y limpieza. El equipo explica que trabajaron el material con terminaciones como lijado y pulido para resaltar la simplicidad del diseño sin perder funcionalidad.

El proceso de producción se realizó con tecnología CNC Router, lo que permitió fabricar piezas consistentes y escalables para diferentes configuraciones de espacio. Las formas cuadradas y rectangulares de la luminaria, ensambladas mediante encajes, están diseñadas para optimizar las esquinas del hogar y adaptarse a la vida moderna en espacios pequeños.

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