Casa Aconcagua, en su mayoría, está construida en madera. Mismo caso para sus revestimientos, en los que se utilizó maderas recicladas de bodegas portuarias. Como solución a la aislación se trabajó con tabique doble, teniendo de esta manera aislación continua. Un punto fundamental para el clima precordillerano en que se emplaza esta obra, con veranos muy calurosos y noches frías.
El encargo fue elaborar una vivienda que recogiera el espíritu de las antiguas casonas de campo. Ésto se logró con la disposición de corredores en galería y con patios conformados por la interacción de los volúmenes y muros que la conforman. La madera, en ese sentido, aportó calidez espacial y una gran integración al paisaje.
El proyecto se emplaza entre los faldeos de los cerros que rodean el Valle del Aconcagua, en un parque de 10 hectáreas. Se buscó construir una casa que sirviera de vivienda para una persona, pero que tuviera la capacidad de albergar durante los fines de semana a todos sus hijos con sus futuras familias, donde cada uno tuviera una habitación amplia con baño privado y terraza independiente.
Se proyectaron tres muros de hormigón abiertos hacia el valle y entre ellos se construyó la vivienda, generando una serie de patios que organizan el espacio. De las casonas patrimoniales además se tomó su horizontalidad, la pureza de líneas y los ritmos generados en la repetición de volúmenes y pilares.
Para proteger la madera, sobre todo ante la acción del sol, se utilizaron productos de la línea “Hydrocrom” de Milessi. Una de las grandes ventajas de ocupar madera en este tipo de proyectos es su versatilidad. Su impacto ambiental es más bajo en comparación a otros materiales como el hormigón y permite mayores condiciones de confort. Además, es una opción que se comporta muy bien frente a sismos y es liviana para construir.
Los pilares que conforman los corredores tipo galería del proyecto, siguiendo la línea de las antiguas casonas de campo, son los mismos que afirmaban el interior de los túneles del tren que cruzaba a Mendoza por esta zona. Por lo tanto, a pesar de ser centenarios, son firmes y juegan un notable papel estructural.
