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Pabellón de Madera: El otro Cielo

Institución: Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca
Profesor Tutor: Víctor Letelier
Arquitecto a cargo: Diego Villarroel
Ingeniero Estructural: Luis Zamora
Cliente: Parroquia Santa Amalia del Sauce
Ubicación: Santa Amalia del Sauce, Talca
Superficie construida (en m2): 78,54 m2
Año de construcción: 2022
Fotografías: Víctor Letelier / Diego Villarroel

El 90% del material que colabora en la construcción de este proyecto es madera, incluyendo el mobiliario complementario, las soleras del jardín y los durmientes de roble que se ubican en el acceso. La propuesta arquitectónica aprovecha la versatilidad del material y su eficiencia constructiva. Y gracias a su sistematización, se obtiene la construcción de una obra de gran tamaño y de bajo presupuesto.

El proyecto se concibe mediante la prefabricación de 46 marcos de madera bruta, los cuales son unidos lateralmente por piezas horizontales para formar, en su conjunto, una geometría circular autoportante. Cada marco descansa en el terreno natural por medio de estacas de fierro estriado, las que se inyectan al suelo 70 cm. Esta solución evita la construcción de fundaciones, disminuyendo significativamente el presupuesto. 

Todas las piezas de madera fueron realizadas con cortes de 90 grados, estableciendo encuentros simples de piezas sobrepuestas mediante la utilización de tornillos. En cada marco se ocupa todo el largo de la madera en sentido vertical (3.20 mt), trabajando a su vez con piezas horizontales de 40 y 60 cm, para optimizar el uso del material y disminuir su  descarte.

Los 46 marcos que construyen la estructura de la envolvente del proyecto se realizaron con madera aserrada de pino bruto impregnado de  2×2´. Los tutores horizontales y diagonales  que unen los módulos prefabricados se realizaron con madera de pino bruto impregnado de 1×2´. Finalmente, el revestimiento que enmarca el acceso principal fue confeccionado con madera de pino cepillado de 1×3´ impregnado.

El pabellón está emplazado totalmente a la intemperie. La madera es bruta e impregnada, por lo que para mejorar su durabilidad y evitar la absorción de humedad desde la superficie, cada marco se separa 7 centímetros del suelo, utilizando como apoyo fierros estriados, los cuales están enterrados en el terreno natural. Además, toda la madera fue protegida con aceite de linaza, aplicando tres capas  en toda la superficie.

Las uniones de cada pieza de madera fueron realizadas con tornillos. Esta solución busca optimizar la mantención del proyecto a largo plazo, facilitando el reemplazo de piezas que puedan presentar deformaciones en el tiempo. Paralelamente, se confeccionó un manual de autoconstrucción, que indica cómo montar, confeccionar y reemplazar cada una de las piezas que conforman la estructura.

La obra es un manifiesto constructivo que propone la posibilidad de concebir una arquitectura de bajo costo, pero de gran impacto a partir de la madera. El proyecto reconoce una cultura material propia del paisaje rural maulino, poniendo en valor los sistemas constructivos locales, como galpones,  invernaderos o gallineros de madera. Su simpleza constructiva permite ejecutar el proyecto sin la necesidad de contar con mano de obra especializada.

El Pabellón de Madera busca destacar a la estructura como el resultado final de la arquitectura, evitando usar revestimientos que oculten las fuerzas y el comportamiento que la madera realiza para conseguir un sistema estable y estéticamente armónico.

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