El Concurso de Arquitectura Madera21 de CORMA 2025 celebró una nueva edición centrada en la arquitectura efímera en madera y destacó cinco proyectos universitarios – tres equipos ganadores junto a dos menciones honrosas-, cada uno proponiendo una forma distinta de entender el ejercicio del diseño, con soluciones creativas, rigor técnico y posibilidades reales de implementación.
La temática convocó reflexiones sobre reutilización, flexibilidad, sustentabilidad y capacidad de la madera para responder con rapidez y eficiencia a necesidades puntuales. En total, se recibieron 124 proyectos de 426 estudiantes provenientes de 21 universidades, un volumen que evidencia el creciente interés académico por investigar y experimentar con este material.
Ganadores XX Concurso de Arquitectura; Francisco Moure, director Concurso Arquitectura 2025; Juan Pablo Pereira, presidente Madera21 de CORMA
La invitación fue a proyectar estructuras temporales capaces de adaptarse a contextos diversos, desde emergencias hasta intervenciones urbanas o rurales, que resaltaran la capacidad de la madera para ofrecer soluciones temporales, funcionales y con un impacto positivo en el entorno.
Desafiar paradigmas de diseño tradicionales sin las limitaciones de la permanencia fue el empujón para liberar la creatividad y audacia en el diseño de los estudiantes de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica, Universidad San Sebastián y Universidad de Chile, ganadores del certamen 2025.
Les invitamos a revisar los proyectos premiados este año.
Escuelas al Instante, 1er Lugar – XX Concurso de Arquitectura
1° lugar: Escuelas al instante
Pontificia Universidad Católica de Chile
El proyecto desarrollado por Antonio Santa María López y José Pedro Costa Aguirre, guiado por los profesores Sebastián Irarrázaval y Patrick Steeger, aborda una de las urgencias más recurrentes de Chile: la falta de infraestructura educacional inmediata tras desastres naturales.
La propuesta se despliega sobre el barrio Diego de Almagro, en Atacama, un territorio marcado por aluviones y asentamientos transitorios que carecen de servicios básicos. En ese contexto, los estudiantes imaginaron una escuela capaz de levantarse en tiempos acotados, articulada como un sistema modular que permite habilitar rápidamente espacios seguros para niñas, niños y adolescentes.
La obra se estructura mediante muros de CLT apoyados en tres puntos sobre barreras New Jersey, enterradas parcialmente para funcionar como cimiento, y una cubierta conformada por vigas de madera laminada dispuesta en dos capas, responsables de arriostrar todo el conjunto. El proyecto resuelve aulas y espacios de encuentro, además de adoptar un criterio climático sostenible, generando sombra y ventilación natural en un territorio árido. Toda la estructura se ensambla con tensores, evitando perforaciones y preservando la integridad mecánica de cada panel.
Prefabricado y transportable, el sistema permite montaje, desarme y reubicación sin pérdida de material, lo que abre la puerta a un modelo replicable en zonas de emergencia a lo largo del país. Su programa, su capacidad de respuesta rápida y su precisión estructural lo convirtieron en el ganador de esta edición.
Cierre Temporal Pique de Metro, 2do Lugar – XX Concurso de Arquitectura
2° lugar: Cierre Temporal Pique de Metro
Universidad San Sebastián, sede Los Leones
El segundo lugar fue para el equipo conformado por Felipe Rojas, Nicole Fuentes y Lenin Calderón, con la guía de los profesores Roberto Gutiérrez e Iván Bravo, además del profesor colaborador Giancarlo Acosta. Su propuesta aborda una problemática cotidiana en ciudades chilenas: los cierres de piques de metro que, durante años, interrumpen recorridos peatonales, degradan el espacio público y dificultan los desplazamientos, especialmente de personas mayores y con movilidad reducida. El equipo imaginó un módulo temporal que resguarde la faena y mejore la experiencia urbana.
El proyecto utiliza marcos reticulados de madera como estructura base, combinando pilares, vigas y diagonales dispuestos para soportar tanto la operación interna de la obra como programas comunitarios ubicados hacia el exterior: rutas accesibles, zonas de ejercicio y espacios que permiten activar un borde habitualmente residual. La estructura, diseñada para emplazarse en terrenos diversos —como en el Pique de Metro de Parque Bustamante—, se monta sobre dados de hormigón, incorpora cubiertas de zinc ondulado y utiliza malla de acero como cerramiento complementario.
Con una superficie adaptable según las dimensiones del pique, la propuesta introduce una mirada más integradora sobre la arquitectura efímera urbana. La madera permite prefabricación, montaje rápido y reutilización en diferentes obras, planteando un sistema que mejora temporalmente la ciudad sin renunciar a la seguridad de la faena.
Libro al Paso, 3er Lugar – XX Concurso de Arquitectura
3° lugar: Libro al Paso
Universidad de Chile
El tercer lugar fue otorgado al equipo formado por Josefa Isadora Galleguillos, Paola Garrido y Javiera Paz Fuentes, estudiantes guiadas por el profesor Diego Montoya, quienes propusieron una instalación efímera completamente construida en madera y emplazada en el Parque Forestal frente al Museo Nacional de Bellas Artes. La obra —de seis metros de largo por tres de alto— se concibe como un túnel habitable que funciona simultáneamente como biblioteca comunitaria, sombra, mobiliario urbano y pausa en medio del flujo peatonal.
Su estructura se compone de marcos modulados unidos exclusivamente mediante amarres de algodón, sin clavos, tornillos ni perforaciones, lo que permite que el montaje no altere el terreno y pueda realizarse manualmente. La madera se trabaja en su condición esencial, dejando visibles las uniones, las tensiones y la lógica constructiva. Cada módulo aloja estantes que invitan a la lectura espontánea y a la circulación libre, proponiendo una arquitectura mínima que activa el espacio cultural del parque sin intervenirlo de manera permanente.
La obra demuestra que lo efímero no se contrapone a la calidad técnica ni a la vocación pública, por el contrario, su bajo impacto y su capacidad de desmontaje total ofrecen una alternativa replicable para futuras instalaciones culturales o comunitarias.
Oasis Minero, Arquitectura del Descanso, Mención Honrosa – XX Concurso de Arquitectura
Mención honrosa: Oasis Minero, Arquitectura del Descanso
Pontificia Universidad Católica de Chile
El proyecto creado por Rocío Palma e Isadora Miranda, guiadas por los profesores Sebastián Irarrázaval y Patrick Steeger, se sitúa en un escenario productivo de alta exigencia: la faena minera en el norte de Chile. Con la mina El Abra como caso piloto, a 3.800 metros de altitud, las estudiantes diseñaron un módulo de descanso que responde a las duras condiciones laborales, proponiendo un lugar para la pausa y el bienestar en medio de largas jornadas.
La obra se compone de un sistema plegable y prefabricado en madera laminada estructural (MLE), combinada con paneles de CLT para muros, losa y cubierta. Todo el volumen está pensado con las dimensiones de un contenedor de 53 pies para facilitar su transporte y permitir el apilamiento de hasta tres módulos. El conjunto se apoya sobre fundaciones puntuales de hormigón armado con una placa metálica de nivelación y vigas IPE, compatibles con la logística minera. El proyecto incorpora policarbonato reciclado para iluminación natural y lonas de PVC reutilizado para sombra y protección de la madera. Su plegabilidad permite almacenaje y reimplantación rápida, lo que le otorga una vida útil extendida y convierte al sistema en una alternativa replicable para distintas faenas del país.
Corazas Errantes, Mención Honrosa – XX Concurso de Arquitectura
Mención honrosa: Corazas Errantes
Universidad San Sebastián
Joaquín Gutiérrez y Belén Kimderg, guiados por el profesor Cristóbal Noguera, obtuvieron mención honrosa. Imaginaron una estructura itinerante capaz de habitar dos contextos: el acceso al Parque Nacional Alerce Andino y, durante otras épocas del año, el centro de Puerto Montt. El proyecto responde a la creciente demanda de infraestructura ligera en parques nacionales, especialmente en la Carretera Austral, donde el turismo aumenta cada temporada.
Construido con piezas planas de terciado cortadas en CNC, el sistema se ensambla manualmente y se sella con impermeabilizantes para resistir la intemperie. La estructura genera una cubierta autoportante que se apoya sobre el suelo mediante sacos rellenos, evitando anclajes permanentes y permitiendo un desmontaje limpio. Su geometría concéntrica organiza un espacio flexible para orientación, educación ambiental y encuentros comunitarios. La propuesta combina movilidad, replicabilidad y bajo impacto, ofreciendo una solución adaptable tanto a contextos naturales como urbanos.
