La obra en madera de Joshua Abarbanel parece no detenerse

Joshua Abarbanel

Gran parte de la obra del artista radicado en Estados Unidos tiene a la madera como un medio para expresar cambio y movimiento, tal y como puede apreciarse en sus esculturas al interior de una casa o en una exposición de museo, donde las formas y los colores echan a andar la imaginación y percepción del espectador.

El escultor Joshua Abarbabel, de 54 años, afirma que la madera lo atrae estética y vitalmente, material que utiliza para expresar movimiento y atraer la imaginación del espectador. Bajo estas condiciones, es cierto que su obra es atrevida y avanza unos pasos más allá. Muchas de sus esculturas lucen estáticas y óptimamente acondicionadas en el suelo o las paredes, pero eso no borra el hecho de que generan una sensación de movimiento. Un completo efecto visual que parece no ser lo importante. Sí lo son sus texturas, relieves y distintas terminaciones talladas en madera, un material protagonista en su carrera como artista.

La obra en madera de Joshua Abarbabel parece no detenerse.

Esta se ve de distintas formas, tonos y encajes, algo que el artista pone en marcha aludiendo mayormente a formas de la flora y fauna. Un trabajo detallado y posiblemente demoroso que el nacido en Manchester (Inglaterra), basa en lo que encuentra en la naturaleza, con todo lo amplio que eso puede llegar a ser en un estado como California (Estados Unidos) donde ha radicado su carrera artística. Tendría lógica pensar que ese vínculo que menciona logra representarse en plantas, corales, arrecifes, copos de nieve, insectos con alas extendidas, unas especies de escamas de pez y otras intenciones semejantes en su obra.

“Me intrigan las formas, los patrones y las funciones que veo en las estructuras biológicas, botánicas y geológicas. Encuentro especial inspiración en fractales, en formaciones acreedoras y en la secuencia de Fibonacci. Dado que me inspiran las estructuras e ideas generadas por el mundo natural, trato de entrar en él tanto como sea posible”, explica Joshua Abarbabel.

Para conocer más de su oficio basta una búsqueda online por su Instagram, donde las imágenes trasladan nuestra atención a comedores ajenos pero nunca vacíos, ya que sus diseños no pasan desapercibidos. También hay registros de su arte en paredes acondicionadas que permiten mayor protagonismo a los matices de colores. Otro escalón son los museos, donde sus esculturas destacan entre la multitud. Una de ellas ocupó un puesto destacado en Alemania: una obra sobre un ser mitológico realizado con madera.

El golem y la vitalidad de la madera

Era 2016 y el Museo Judío de Berlín desarrolló una exposición basada en “el golem”, parte fundamental de la mitología hebrea en el siglo XVI. Dice que un rabino de Praga habría creado un hombre, más bien un humanoide, con el barro de la orilla de un río. Específicamente, el Moldava, el afluente más largo de la actual República Checa. El objetivo era salvar a toda la comunidad judía con ese humanoide, lo que ha inspirado a muchos artistas como Abarbanel.

Escultura Golem / AP

Claro, realizó este golem pero no en barro, sino de miles de piezas pequeñas de madera con forma de aleph, la primera letra del alfabeto hebreo “que borró Dios de la frente de Adán para darle la muerte”, consignó el periódico español ABC sobre la exposición. Con todas esas piezas dio forma a contornos y extremidades diseñadas íntegramente con este material. Algo que incluso se repite en una aleph gigante que le cuelga del cuello.

Es probable que para el golem exhibido en dicha exposición, como para el resto de su obra, Abarbanel hiciera la rutina de siempre. Obtener la madera de una fuenta local, cortarla, teñirla en caso de ser necesario, para luego sellarla con poliuretano.

–¿En qué momento la madera definió gran parte de su obra artística? ¿Es de los que recuerda su primera creación?

–Sí, fue para mi proyecto de tesis. En la Escuela de Posgrado en UCLA hice una gran plataforma de madera contrachapada y de corte en los bordes de un patrón irregular. En 2014, varios años después, ya estaba ocupando la madera como material primario de mis obras. Experimenté y manipulé un cortado láser que me ofreció un colega del Departamento de Arquitectura, con el que descubrí ciertas formas y motivos con una precisión que me gusta, aunque para mí también es importante manipular las formas a mano, aunque tengas manchas o incluso pintura. Hoy me esfuerzo en encontrar una armonía entre la precisión de las herramientas y la vitalidad de trabajar a mano un material como la madera.

Obra de madera del artista / Joshua Abarbanel

–¿Cuál utiliza para sus esculturas?

–La mayoría de las obras de mediana a pequeña escala cuentan con contrachapado de chapa de arce. Las de mayor escala están hechas de láminas de madera contrachapada de 3/4″. En este mismo momento, he estado trabajando con pulpa de papel y cartón. Inicialmente esto fue impulsado por un deseo de abordar las preocupaciones que tengo con respecto a la sostenibilidad, como también para crear cosas de peso más ligero. Por ejemplo, cuando llegó el coronavirus y nos forzó a refugiarnos en casa –donde, reconoce, tiene su estudio– me interesé en usar materiales con cosas que tengo a la mano, incluyendo papeleo viejo y cajas de envío por razones prácticas y conceptuales.

–¿Sus artistas favoritos también usan madera?

–Siempre me ha encantado la escultura de Martin Puryear y a menudo incorpora madera. El trabajo de John Mcqueen es fascinante. Ver algo suyo es un espectáculo, en los 90 me dejó una impresión indeleble. El Anatsui es ampliamente conocido por su trabajo en metal, pero también admiro sus esculturas anteriores de madera, a menudo quemadas o talladas de unas maneras que se sientes destructivas y hermosas. Los grandes tótems de madera de Kenzi Shiokava parecen antiguos y modernos al mismo tiempo.

–¿Qué representa este material en su trabajo? ¿Es lo fundamental o solo un medio para lograr algo mayor?

–La elección del material es una de las muchas opciones que considero para lo que hago, ya sea en madera o con algún otro material. Pero la madera tiene una obvia atracción estética por su calidez, colores y vitalidad. Algo que también me gusta es ver el grano de la madera, porque implica crecimiento, el paso de tiempo, una sensación de movimiento y cambio.

La obra en madera de Joshua Abarbabel parece no detenerse.


Escrito por Marcelo Salazar Medina
Fotografía principal cortesía de Joshua Abarbanel
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