Mercado de cruces flotante

Código de equipo: ARQ3740

Universidad: Universidad San Sebastián

Sede:  Patagonia

País:  Chile

Ciudad: Puerto Montt

Equipo: Jorge Alvarado Huirimilla, Maicol Ojeda Ormeño, Gerson Pérez Rehbein, Tiare Segura Contreras,

Profesores guía:

Alvaro Arriagada Acevedo

Tomás Bravo Urizar

DOCUMENTOS ADJUNTOS

© Derechos reservados por sus autores intelectuales.

Lámina N°4 Formato A2

Descripción general

El proyecto se sitúa en la población 18 de septiembre, en la ciudad de Frutillar, una zona que actualmente se encuentra interrumpida por un pozo de lastre cuyos bordes están constituidos por fondos de predios, constituyendo un lunar urbano al que la ciudad la da la espalda. Este accidente geográfico, fragmenta la ciudad y su comunidad poniendo además en riesgo a los usuarios que se ven obligados a cruzarlo, utilizando pasos informales generados por ellos mismos, evidenciando la necesidad de conectores formales. Este panorama representa una amenaza para la movilidad e interrelación de la población local, destacando la necesidad urgente de una intervención que conecte las áreas fragmentadas, con el potencial de incorporar al tejido urbano un área de esparcimiento y de alto valor medioambiental, eliminando estos riesgos y reconectando las áreas residenciales y recreativas de la zona mediante la reactivación del pozo de lastre, como un humedal urbano.

Fundamentación del proyecto

Los argumentos del proyecto se centran en la necesidad de mejorar la conectividad y la calidad de vida en Frutillar Alto, recuperando un área degradada como una nueva área verde conectora y generadora de nuevas instancias de intercambio comunitario, comunicando áreas residenciales con equipamientos educacionales, de salud y deportivas. La propuesta inicia a partir de un plan maestro que en una escala vecinal, reconoce senderos informales pre-existentes que conectan áreas de interés, y en escala urbana, la oportunidad de conectar a través del pozo de lastre, un núcleo de equipamientos en el extremo oriente compuesto principalmente por el Estadio de Frutillar y la biblioteca pública entre otros, con otro núcleo de equipamientos en el extremo poniente compuesto por el consultorio y comercio de mediana escala, insertando definitivamente esta área dentro del contexto urbano mayor, beneficiando tanto a residentes como a usuarios de equipamiento adyacentes consolidando una nueva macroárea de intercambio.

Estrategia de localización, emplazamiento y resolución programática y espacial

Dentro de la propuesta de plan maestro, el Puente surge como respuesta a la consolidación del eje conector entre los núcleos de equipamientos circundantes a escala urbana descritos anteriormente, salvando el accidente geográfico conformado por el pozo de lastre, con una estrategia de consolidación de bordes del mismo, generando programas que fomenten la interacción comunitaria, como ferias, paseos y áreas de esparcimiento, consolidando el puente como un conector programático que incorpora parte de estos programas al interior generando una continuidad entre bordes y conectores. El Puente emerge por lo tanto como un hito representativo de la actividad del Lugar, y la vocación como espacio de intercambio comunitario a través de la recuperación y devolución a la ciudad de un área hoy degradada e invisible, como futuro humedal urbano o corredor verde ya que este actualmente acumula grandes cantidades de agua durante el invierno.

Propuesta arquitectónica desde el material

Con la intención de consolidar el puente como un -hito urbano representativo de la actividad del Lugar, se requería de una estructura de mucha visibilidad, de fácil reconocimiento identitario de rápida apropiación comunitaria. Con una longitud total de 75 metros y un ancho promedio de 12 metros, las dimensiones resultan adecuadas para las necesidades de tránsito en la escala urbana en que se emplaza el proyecto. La estructura modular de forma de “X”, donde cada módulo se acopla a través de vigas longitudinales, van variando en tamaño, permitiendo acoger vigas transversales de distintos largos permitiendo establecer zonas de circulación y permanencia para acoger el programa. Esta variación en los módulos no solo aporta estética al puente, sino que también optimiza su funcionalidad estructural, permitiendo una distribución equilibrada de cargas, consolidadas por un sistema de diagonales y tensores, que dan lugar igualmente a la estructura de cubiertas.

Innovación de la propuesta

La innovación del proyecto reside en una combinación entre un diseño de módulos de distintos tamaños compuestos por madera laminada, unidos entre si por elementos que trabajan a la compresión (vigas transversales), y a la tracción (Tensores) para crear una estructura unitaria que llega a piso a través de dos de sus módulos de mayor tamaño, y generando distintos puntos de apoyo para la estructura general de circulación, permitiendo una variación en el ancho habitable del puente, recibiendo de esta forma tanto programa de permanencia (Feria y microplazas) como de circulación. Los módulos en forma de “X” con variaciones de tamaño a lo largo del puente, y las uniones entre los mismos a través de vigas, diagonales y tensores, ofrecen una solución estructural ligera pero resistente, de baja resistencia al viento y con la suficiente rigidez para darle una condición unitaria trabajando como una gran viga compuesta.

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