Luthería: el gran aporte a la música con madera reciclada

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Luthería Reciclaje rescata este centenario oficio y lo muestra al público en la Semana de la Madera 2015.

– ¿Cómo partieron con este oficio?

Este oficio es centenario. Nace naturalmente en culturas mucho más antiguas que la nuestra. El término Luthería implica la construcción de instrumentos de cuerda derivados del laúd.

A América, la luthería ingresa con las órdenes sacerdotales que utilizaron la música como herramienta evangelizadora. Junto con la introducción de los Instrumentos de tradición europea que se utilizaban, surgió también la artesanía, como necesidad de generar Instrumentos en el nuevo continente. De la transculturación se originan los instrumentos latinoamericanos, como resultado de adaptaciones de las vihuelas europeas. El Guitarrón Chileno y el Ravel, son Instrumentos musicales auténticos, evidencias del desarrollo de la luthería nacional.

Roberto llaga al oficio a los 33 años de edad. Sin embargo, por su afición musical, siempre se sintió muy interesado en el tema de la fabricación de los instrumentos musicales. Además, desde pequeño el contacto con familiares que trabajaban la madera como artesanos mueblistas le inculcaron vocación por las maderas y las herramientas.

Hasta esa edad, en Chile no existía forma de aprender luthería. El conocimiento estaba muy protegido, principalmente por la dificultad de desarrollar la luthería como fuente laboral. Entonces, ningún artesano quería exponerse a generar su propia competencia… Hasta que en el año 2004, mientras estudiábamos pedagogía, se dictó un curso de extensión cultural en la UMCE: Luthería Artística… ahí comenzó todo.

Roberto estudió 4 años intensos en los talleres de la UMCE. Compartió con amigos que hasta hoy se dedican al oficio. Con la visión de que la luthería es una técnica en permanente evolución, Roberto se inserta como aprendiz del destacado luthier nacional, maestro Carlos López Menares desde el año 2013.

“Yo, la verdad es que colaboro en el taller en actividades puntuales y no tan complejas, y últimamente me he dedicado de lleno a la gestión cultural de este trabajo, fomentando la luthería nacional como sector creativo, generando exposiciones, talleres, encuentros.”

-Esto es un arte y una tradición, pero también es un negocio. Cuéntenme un poco por favor cómo funciona. ¿Cuál es el perfil de sus clientes?

Como negocio, es muy acotado. Al igual que otros sectores artesanales, el mercado de importación ha mermado la calidad laboral de los luthieres nacionales. Sólo hay que observar la siguiente relación: En un comercio del rubro puedes encontrar una guitarra desde 25.000 pesos. Ni siquiera los materiales mínimos de trabajo para fabricar una guitarra u otro instrumento le costaría a un artesano ese precio, aunque recicle gran parte de la madera: Ninguna posibilidad de competir.

Por lo tanto, hemos tenido que focalizarnos en desarrollar instrumentos musicales de cuidada técnica, gran calidad sonora y exclusivos, lo que el mercado en serie y de importación no puede ofrecer. El público está constituido por músicos profesionales, estudiantes de música o personas aficionadas a la música que requieran Instrumentos de características específicas: una pieza única, un sonido especial, un material particular, una calidad superior, etc.

En estas circunstancias, subsistir de la luthería en Chile es muy difícil, porque la demanda es reducida, hay desconocimiento del laborioso trabajo que implica, del coste de las materias primas, del tiempo y dedicación que requiere. Hace falta conciencia: por ejemplo, pocos músicos chilenos manifiestan la importancia de que su música suene en instrumentos de manufactura nacional… Bueno, es largo el trabajo de concientización y educación, pero lo estamos desarrollando como equipo.

-Hay muchas tradiciones que permanecen y otras que mueren,  estas últimas a veces resucitan en otro punto del mundo  de cara a esta era tecnológica tan voraz. ¿Qué va a pasar, creen ustedes, con los Luthiers en general, y con ustedes en particular?

Creemos que la luthería está siendo valorada. Actualmente hay personas interesadas en aprender el oficio, músicos que prefieren instrumentos de autor, gracias a los medios de comunicación se ha visibilizado el trabajo de los luthieres frente a la comunidad, como gremio también hay una mayor camaradería, apoyo mutuo y espectativas de prosperar.

Esta es nuestra esperanza y nuestra rebeldía: mantener vivo este patrimonio. Creemos que la luthería como actividad creativa y productiva tiene mucho que aportar al desarrollo nacional.

Nosotros en particular seguiremos resistiendo y cultivando lo que amamos y nos apasiona realizar. Es la forma de vivir que elegimos.

 

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