31 de Enero, 2018

Crean instrumento musical con seis tipos de madera y 21 cuerdas

Después de su paso por Europa, Diego Cáceres fusionó los sonidos del sitar y el guitarrón chileno en un exótico instrumento que se toca con un deslizador sobre el diapasón.

Al inicio suena como una guitarra, pero en cosa de segundos los sonidos se tornan más agudos y crean una atmósfera oriental. Es parecido a un sitar y el oído se acostumbra a esa constancia melódica que parece venir desde India o Japón, tonos interrumpidos por tintes más oscuros y modernos con un fondo clásico. Eso es lo que se percibe, pero en realidad lo que se ve sobre las piernas del músico es un nuevo instrumento.

Diego Cáceres quería construir un guitarrón chileno, como el que vio cuando tenía 21 años en la casa de un amigo de universidad. En ese tiempo estudiaba pedagogía en música, practicaba aeromodelismo, fabricaba guitarras y experimentaba con madera terciada. Y aunque no terminó la carrera, decidió partir a Alemania a estudiar luthería.

En Europa pulió su conocimiento y de regreso en Chile se hizo discípulo de un luthier nacional. Entonces, retomó el antiguo desafío de construir un guitarrón y experimentó durante un año con distintas maderas y formas. Sin embargo, el  sonido que resultó fue distinto al esperado. “Originalmente iba a ser un guitarrón chileno pero lo entrasté mal por lo que me daba notas falsas. Lo pensé y no iba a perder esa guitarra. Ya tenía la idea de hacer un instrumento con cuerdas simpáticas por su sonoridad especial”, cuenta Cáceres.

Esa fue la solución. El guitarrón chileno ahora tenía cuerdas simpáticas -cuerdas de resonancia­- que eran tocadas con un slide, implemento que se desliza sobre el diapasón de la guitarra. Sus cuerdas están divididas en dos grupos, las primeras seis se tocan como una guitarra, mientras que las otras 15 son cuerdas auxiliares que dan esos tonos característicos de medio oriente. “Se produce un efecto parecido al del sitar, a instrumentos barrocos que también tenían ese sonido”, cuenta Cáceres.

Se trata de una fusión de sonidos pero también de materiales. Fue un instrumento construido con madera nueva tratada y reciclada; guayubira de Uruguay, cedro, ébano, pino abeto alemán, nogal y un pedazo de roble. Cada trozo fue obtenido del material que por años guardó su profesor de luthería a quien compró las maderas, mientras que de regalo obtuvo el roble para las barras armónicas. De esta forma, seis tipos de madera componen la guitarra de 90 centímetros de largo y 40 de ancho.

“Ha sido catalogado como un instrumento raro que suena muy bien”, explica el inventor, quien aclara que no se han hecho guitarras simpáticas en Chile. A eso suma el diseño único del instrumento que sirve para tocar música moderna como blues, country y rock, todo depende de la habilidad del músico, según explica.

Con el tiempo perfeccionó la técnica y actualmente puede construir un instrumento de este tipo en aproximadamente un mes. Y tras el interés que despertó en quienes escucharon su sonido a través de las redes sociales, Cáceres ya piensa en una siguiente producción en la que utilizará solo madera chilena: pino oregón y raulí.

 

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