30 de Diciembre, 2016

Radiata 78: estable como roble pero a precio de pino

Se trata de un nuevo perfil de madera reconstituida que ofrece no sólo gran resistencia y estabilidad sino también un excelente comportamiento acústico y térmico.

En la fachada acristalada de un aeropuerto los grandes paneles de vidrio se unen mediante fijaciones de aluminio. Si en vez de aluminio se utilizara madera, tendría que ser un marco de madera nativa, pues este tipo de madera tiene la suficiente estabilidad estructural para que no se deforme en el tiempo.

El marco, por otra parte, aunque de sobrada belleza, tendría que venir desde la artesanía, desde la carpintería más tradicional de la construcción en madera y, por lo tanto, sería un producto muy caro.

Pero ¿qué tal si existiera una solución que fuera tan resistente y durable como la madera nativa pero tan asequible como el pino radiata y que además se pudiera fabricar con las mismas herramientas con las que se trabaja el aluminio y el PVC?

Eso fue lo que consiguió el Taller de Arquitectura, Estructuras y Tecnologías Tectónicas (TAETT) con Radiata 78, un perfil de madera reconstituida que mantiene las propiedades estructurales y de servicio de una madera nativa pero que, al estar hecha de pino radiata, su costo disminuye considerablemente.

Todo partió cuando, en 2011, el arquitecto Guillermo Olivares desarrolló una vivienda en madera con tecnologías constructivas abiertas y participó en un concurso internacional en Noruega, el PIKSEL11. Por su parte, el arquitecto Camilo Peña colaboró en la proyección de sistemas prefabricados en madera y, entre las reflexiones que se dieron en el taller, concordaron en que uno de sus principales obstáculos era la ausencia de soluciones industriales en madera para envolvente que rescatara las cualidades térmicas y acústicas de la madera.

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“Veíamos que, desde la madera, se podían encontrar soluciones de revestimiento o estructurales, de prefabricación o construcción offsite, pero en temas de envolvente, las soluciones en madera eran o muy difíciles o muy artesanales”, cuenta Olivares.

Y entonces vieron la necesidad de desarrollar una piel para los edificios que fuera de una madera más accesible, como la del pino que se produce en Chile, y que tuviera los índices apropiados de aislación térmica y acústica.

Para lograrlo utilizaron pequeños fragmentos de madera que pegaron entre sí y que les dio una solución más que satisfactoria. “La manera que pegamos estos pedazos, la manera en que recomponemos las fibras en distintos sentidos, nos permite controlar la deformación y asegurarnos que sea estable en el tiempo y ante el clima”, explica Olivares.

Este mismo sistema utilizaron, luego, para desarrollar el perfil Radiata 78, que con “un diseño propio y al encolarse de una manera especial, este perfil se comporta con la estabilidad del roble al precio del pino”, asegura el arquitecto, lo que permite una innovación en el mercado de las ventanas, por ejemplo.

Y es que actualmente en Chile no existen ventanas de madera de pino radiata, entre otras cosas porque es ligera y blanda, ideal para la construcción en altura pero no muy usada para marcos y puertas. Siempre se ha privilegiado las propiedades de la madera nativa para este tipo de aplicaciones.

Pero como Radiata 78 es un perfil reconstituido, quedan aún espacios de innovación por explorar. En TAETT ya han hecho pruebas con núcleos de perfiles de acero ─para aumentar su capacidad estructural y pensar en vanos mucho más grandes, como las cristalerías que necesita un centro comercial, por ejemplo─ o con núcleos de pino pero madera noble en su cara visible, lo que permite al usuario final tener la estética de una ventana de madera nativa pero a menor costo.

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“Con este perfil, los talleres que ya cortan aluminio o PVC pueden ofrecer, de un día para otro, varios metros lineales de ventanas de madera, utilizando la misma maquinaria y con cortes más o menos similares”, comenta Olivares.

Otro aspecto relevante es su consumo energético. Si se considera toda la energía que se gasta en producir el perfil, desde el material mismo hasta la solución constructiva final, su consumo es mucho menor que lo que cuesta producir energéticamente el aluminio o el PVC.

También tiene un mejor coeficiente de conductividad térmica y por lo tanto una mejor aislación. “Se necesitaría un perfil de PVC de tres cámaras ─que es el más costoso del mercado─ para equiparar los índices de conductividad y performance acústica que tiene este perfil de 78 milímetros de pino radiata”, asegura el Olivares.

Para TAETT es fundamental introducir la ingeniería en la madera. “Por eso no nos hemos planteado vender ventanas, porque lo que queremos es generar el mayor valor posible en la cadena productiva”, declaran.

En términos prácticos, esta oficina trabaja con prototipos para resolver problemas arquitectónicos junto con la ingeniería, con las manos en la obra desde el comienzo y relacionándose con maestros y carpinteros como en un taller.

Para ellos, potenciar el uso de la madera en nuestro país no sólo es útil por su excelente comportamiento acústico y térmico, su rápida ejecución y su ligereza para la construcción en altura, sino también porque es uno de los pocos materiales que aún conserva una escala humana a nivel productivo: una ventana la puede hacer una persona; montar una ventana lo pueden hacer dos personas; y un edificio con ventanas de madera, lo puede hacer un pequeño taller. “Es decir, todavía puede potenciar pequeñas economías, y si hablamos de otros usos, permite tener ciudades más acotadas. La madera todavía tiene mucho que rescatar de lo que los humanos podemos hacer con ella”, concluyen.

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