Si se considera que aún el número de proyectos en madera es bajo y que se requiere de tecnología y conocimiento específico, los expertos señalan que el estado del arte en esta materia todavía es incipiente. Sin embargo, el país tiene una gran oportunidad para proyectarse en esta área.
Hablar de BIM es hablar de una metodología, pero también del uso de herramientas y de nuevas tecnologías. Así lo explica Clara Codron, experta del Centro de Innovación UC de la madera, quien plantea que en Chile aún el tema es incipiente, sin embargo, se constituye como una oportunidad para la industria de la construcción.
“El BIM podría ser un impulso para la construcción en madera porque le podría aportar muchos beneficios a la construcción”, sostiene Codron. De esta forma, con el uso de la metodología, arquitectos e ingenieros podrían interactuar con un proyecto en un espacio común, modificando y obteniendo información desde una misma maqueta.
Lo anterior genera, a mediano y largo plazo, ahorros en tiempos y costos junto con una mejor planificación. “El hecho de tener un modelo 3D permite visualizarlo mejor, eso permite entender mejor el proyecto”, explica Codron, quien además señala que con el BIM es posible optimizar los procesos ya que se puede anticipar el desempeño de un edificio, a nivel estructural o térmico, por ejemplo.
Respecto a lo anterior agrega: “Si yo dibujo en una planta, se va a actualizar en el corte, en la elevación, en el modelo 3D. Eso es un ahorro de tiempo y disminuye harto los errores. Ya no tengo que preocuparme de que, si cambié algo en un plano, tengo que cambiarlo en todos”, afirma y hace la diferencia a lo que sí podría ocurrir en el trabajo con softwares como AutoCAD, popularmente conocido en la industria de la construcción.
Para que BIM se desarrolle de manera óptima, se requieren dos elementos claves, según Codron. Uno es el uso de softwares especializados en metodología BIM y luego es necesario que los expertos a cargo de un proyecto, sepan utilizarlos y estén dispuestos a usar la metodología y trabajar en conjunto para aprovechar todos los beneficios que brinda.
En ese sentido, la experta explica que si bien existen softwares nativos BIM, como Revit o Archicad, su desarrollo está más enfocado en hormigón y acero. Sin embargo, hay extensiones para esos programas que permiten trabajar con proyectos en madera. Así, en el mercado es posible encontrar herramientas digitales como AGACAD o Wood Framing para el primero, y ArchiFrame para el segundo.
“Al contrario de un muro en hormigón, que el diseño es un elemento homogéneo, un muro en madera tiene distintas piezas, y cada una de ellas tiene parámetros. Por ejemplo, distanciamiento entre pies derechos, o con otras piezas, la escuadría”, señala Codron, para explicar la complejidad que supone la madera, esto implica una minuciosa configuración de los programas y las extensiones, lo que supone una barrera de entrada para arquitectos, ingenieros y constructores, quienes deben aprender a usar las nuevas herramientas.
Lo anterior es respaldado por la investigación “BIM y Madera. Nuevos desafíos para el Diseño y Construcción”, realizada por Codron junto a otros expertos de la Universidad Católica, quienes plantean que “uno de los frenos destacados es el tiempo importante dedicado a la configuración de los distintos parámetros del software con respecto al proyecto. Sin una correcta configuración, es muy difícil obtener un diseño eficiente. También las extensiones BIM pueden parecer poco flexibles por su carácter paramétrico y automatizado al contrario de las herramientas de los softwares CAD, que son conocidas por entregar una cierta libertad en el diseño”.
Por otro lado, si bien Chile tiene un gran potencial de desarrollo de la arquitectura de madera, aún se construye poco. De acuerdo a cifras de la misma investigación Chile está posicionado como líder mundial a nivel forestal, siendo uno de los mayores productores de Pino Radiata junto a Nueva Zelanda. Sin embargo, aún existe poca valoración del material, falta especialización de profesionales, entre otros aspectos.
A pesar de lo anterior, Clara sostiene que, aunque mucha gente no conoce la metodología, el BIM igualmente está creciendo y existe una gran oportunidad para utilizarlo en la industria de la madera. Ya ha sido aplicada en proyectos como Torre Peñuelas que fue modelada en BIM. De hecho, según la última Encuesta Nacional BIM, realizada por la Universidad de Chile, un 53% de los consultados afirmó ser usuario de BIM. Particularmente, los usuarios directos sostuvieron que dentro de los próximos meses el uso sería mayor.
Entre los encuestados destacan arquitectos, ingenieros y constructores, ellos mismos señalan que para que la metodología adquiera mayor relevancia será necesario que exista mayor disponibilidad de profesionales capacitados, junto con un estándar nacional y regulación con documentación oficial.
Esto es lo que también concluye la investigación de Codron, donde además se destaca la importancia del desarrollo específico para BIM-madera, que se integre a iniciativas de centros que apoyan la construcción con este material como CIM-UC, Con Madera Usach o Madera21. Además, es imperante que el área académica se vinculen con planes gubernamentales, se creen más cursos de capacitación, workshops, seminarios de difusión, entre otras prácticas.
Etapas de madurez
Finalmente, Clara Codron explica que existen distintas etapas de madurez del BIM, y que en Chile se debería alcanzar el nivel 2 entre 2020-2025.
Nivel 0: no existe ninguna colaboración, trabajo con software 2D.
Nivel 1: uso del 3D para el diseño conceptual, no existe trabajo colaborativo.
Nivel 2: flujo de trabajo colaborativo, cada una de las partes involucradas tiene su propio modelo 3D y comparte la información a través de formato común.
Nivel 3: Trabajo integrado entre todas las partes, todos trabajan en ese mismo modelo en tiempo real.
