El MOP da cuenta de sus principales obras de restauración en madera y entrega adelantos de proyectos futuros

MOP portada

26 de Junio, 2020

Si bien los trabajos se enfocan en la zona sur del país y se reconoce que la proporción es mínima en relación a la cantidad que se realiza anualmente, desde la Dirección de Arquitectura recalcan que las edificaciones con presencia de este material tienen la misma relevancia que aquellas hechas en hormigón o basadas en estructuras metálicas a lo largo de Chile.

La madera está lejos de ser el material más utilizado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) a la hora de construir. Sin embargo, según Raúl Irarrázabal, director Nacional de Arquitectura del MOP, se vela para que las políticas a nivel nacional referidas a este ítem sean equilibradas para así no privilegiar un tipo de edificio respecto a otro. “En los proyectos podemos recomendar el uso de la madera u otro material cuando las condicionantes geográficas, climáticas y presupuestarias lo aconsejen. Además, consideramos que la madera jugará un papel esencial en nuestro plan de generar una estandarización en algunas tipologías de edificios públicos, lo que posibilitaría la realización de construcciones industrializadas”, indica.

Según el Estudio de disponibilidad madera estructural en Chile de Infor, las obras con muros de madera totalizaron 574.925 m2 en el año 2017, lo que representa el 12,5% de toda la edificación no habitacional en Chile. Pese a que porcentualmente este material no entra en la lista de los más utilizados, en los últimos años se ha podido apreciar el surgimiento de diversas iniciativas que permiten vislumbrar un mayor uso de la madera en la edificación pública. Sobre todo en la zona sur, epicentro de proyectos de restauración de inmuebles patrimoniales que fueron construidos originalmente en madera.

Teatro Galia

Interior del teatro

Sin duda, una de las llamativas y recientes intervenciones de reposición que se han llevado a cabo es la del Teatro Galia en Lanco, en la Región de Los Ríos. De hecho éste, junto al Teatro de Purranque, son los únicos escenarios erigidos en madera que sobreviven en el sur tras la demolición de los teatros de Valdivia y La Unión. La construcción, ejecutada entre 1943 y 1945, fue obra del francés Felipe Barthou Lapouple y fue por años emblema arquitectónico y patrimonial de la Plaza de Armas de Lanco.

De dos pisos y de 787m2 al momento de su inauguración, el recinto tuvo que pasar por etapas de desratización y de instalación de faenas antes de que comenzara a ser rescatado. Insectos xilófagos (que se alimentan de madera) y la humedad de la región, fueron dejándolo gradualmente abandonado e inutilizable (dejó de funcionar en 1980). Y si bien no existía riesgo de colapso, la tarea era ardua, ya que se debió reforzar su estructura, desmontar todos sus asientos y renovar sus instalaciones eléctricas y sanitarias. Todo esto, con el propósito de mantener lo más posible sus componentes iniciales fundamentales como, por ejemplo, sus butacas de madera originales, sus puertas y ventanas y las baldosas del foyer.

Exterior del teatro Galia

Tras un financiamiento de $1800 millones a través del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) y bajo la tutela del gobierno regional de Los Ríos y del MOP, el Teatro Galia hoy cuenta con una capacidad de 241 espectadores (con dos niveles de butacas) y contiene en su primer piso un mejoramiento del hall de acceso, un área para oficinas administrativas y un sector para una futura concesión de cafetería. También se habilitó el segundo nivel como un espacio destinado a la realización de talleres y/o punto de encuentro de organizaciones culturales.

La obra, además, consideró una sala de uso múltiple, otra para sonido y proyección e incluyó una intervención paisajística en los terrenos aledaños, aumentando su superficie a 947m2.

Estación Collilelfu

Interior de la estación de Los Lagos

Otro de los proyectos destacados de restauración en la Región de los Ríos es la Estación Collilelfu. Ésta, una antigua estación ferroviaria ubicada en la ciudad de Los Lagos e inaugurada en 1907, fue declarada monumento histórico en 2013. Su volumen consta de dos torres unidas por un eje de circulación transversal conformado por un hall y escalera que articulan la conexión entre los pisos y habitaciones. Fue construida sobre la base de ejes perimetrales de pilares, pies derechos y diagonales de madera nativa (principalmente roble pelín) apoyadas sobre soleras de la misma madera nativa que se ubicaban directamente sobre la tierra, siendo la estructura revestida con tablas superpuestas o tinglado simple. A nivel de terminaciones, destacan las maderas de la estructura a la vista (laurel, raulí y lingue), las molduras de la misma y los pináculos de metal.

Vista desde el exterior de la Estación Collilelfu

El plan comprende una inversión de $1502 millones de pesos, los cuales son financiados en partes iguales por el Gobierno Regional y por el programa Puesta en Valor del Patrimonio. La ejecución de las obras, en tanto, es supervisada por la Dirección de Arquitectura del MOP y su objetivo es habilitar el primer centro cultural de la comuna de Los Lagos, la cual contará con salas de talleres para artes, música, danza, dos salas de exposiciones y una oficina destinada para el área de Cultura y Turismo de la municipalidad.

La iniciativa considera una superficie construida de 417 m2, correspondiendo 233 a restauración (los 184 restantes se destinan a obras nuevas). A esto, se le suma una intervención paisajística en una superficie total de 2206 m2, agregando zonas de descanso, juegos, esparcimiento y áreas artístico-culturales.

Los trabajos se iniciaron en enero pasado y se extenderán hasta el segundo trimestre de 2020.

Proyectos nuevos

Los trabajos restaurativos sin duda son un aporte valioso para el rescate y mantenimiento de construcciones patrimoniales de madera a lo largo de Chile, pero, ¿existen proyectos nuevos?

“Las edificaciones con estructura de madera o alta presencia de este material tienen igual relevancia que aquellas de hormigón o basadas en estructuras metálicas”, aclara Raúl Irarrázabal. Y agrega: “Precisamente en las regiones de Araucanía y Los Ríos estamos trabajando con los gobiernos regionales en sacar adelante proyectos que aprovechen el uso de la madera, los que se materializarán en los próximos años. Entre otros, podemos mencionar el Museo de Lago Ranco, la Biblioteca de Nueva Imperial, la Escuela de Manzanar de Lumaco, la Escuela Licancura de Curarrehue, la Escuela Miguel Huentelén de Collipulli, la Escuela Salvador Allende de Pailahueque y el Terminal de Buses Hualpín, en Teodoro Schmidt”.

Entre los proyectos nuevos terminados destaca, sin duda, la Biblioteca Pública de Curarrehue, cuya arquitectura ha transformado al inmueble en el nuevo foco de atracción y en un orgullo para la comunidad local.

Construcción de la biblioteca de Curarrehue

El diseño del volumen, a cargo del arquitecto Benjamín Murúa, se inspira en la ruca mapuche y es la primera obra de esta zona ejecutada por la Dirección de Arquitectura del MOP en la que se utiliza en un 100% madera laminada. Se trata de piezas prefabricadas hechas a medida que se van uniendo en terreno sin generar residuos y que permiten un trabajo más expedito, considerando las condiciones climáticas del lugar. En definitiva, se trata de un espacio que se abre a la comunidad no sólo para la lectura, sino que también como un lugar de encuentro y riqueza cultural.

Por otra parte, añade Irarrázabal, “como Dirección de Arquitectura estamos participando en instancias que permiten un mayor conocimiento en el uso de la madera en la construcción. Por ejemplo, el año pasado organizamos en Temuco una jornada técnica dedicada al uso de madera contralaminada y a fines de marzo de este año íbamos a encabezar con Corfo un seminario sobre madera masiva en la edificación pública, actividad que debimos suspender por la pandemia. Asimismo, estamos gestionando con algunas universidades la posibilidad de que se pueda realizar un diplomado destinado a capacitar a parte de nuestros inspectores fiscales en el uso de madera en la edificación pública”.


Escrito por Felipe De la Cerda E.
Fotografía principal cortesía de la Biblioteca Pública de Curarrehue

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