21 de Septiembre, 2020
No solo a nivel extranjero las marcas ligadas al rubro maderero están probando nuevas fórmulas y procesos para innovar con los productos que ofrecen en el mercado. En Chile también hay productos disponibles desarrollados a partir de las propiedades de la madera e incluso sus desechos, para alcanzar otros formatos más allá de los tradicionales. A continuación algunos ejemplos que se pueden encontrar en territorio chileno.
Topwood, empresa con sede en Valdivia (Región de Los Ríos), fabrica y comercializa desde 2014 madera termotratada, un producto que busca “agregar valor a los recursos forestales chilenos”.
Se trata de pino radiata modificado térmicamente para lograr mejores propiedades. Proceso que logran, según explican en su sitio web, ingresando la madera a “una cámara sellada de atmósfera controlada por vacío, donde mediante un proceso Maspell se somete a ciclos de alta temperatura (mayor a 200 ºC) por hasta 33 horas”. Lo que da como resultado “una madera altamente durable (sin protección hasta 25 años en ambientes severos) y estable dimensionalmente (menor contracción e hinchamiento en la madera)”. En términos sencillos, se utiliza el calor para mejorar la madera. La innovación es que al resultar una madera más estable y duradera, se evita el uso de productos químicos para su protección.
Este producto se utiliza para revestimiento exterior e interior, deck (terraza), cielo, tejuelas y celosías. Destacan diversos proyectos realizados en este material: casas y edificios, tiendas comerciales, terrazas de hoteles, oficinas privadas e institucionales, paseos peatonales, paraderos de buses, e infraestructura educacional como la Escuela Cantino de Vilcún.
Iglú, empresa con casa matriz en Temuco, se dedica a la fabricación y venta de “celulosa proyectada”, un aislante térmico-acústico de alta calidad. La base del producto, explican en su sitio web, es papel de diario molido reciclado al que se le añaden “sales de bórax para darle propiedades ignífugas, insecticidas y anti fúngicas”.
Este aislante en base a celulosa puede ser aplicado de tres formas: por medio de insuflado (llenado de vacíos como tabiques), proyectada en seco (granel) o en húmedo (spray). Todas se aplican con una manguera. Algunas ventajas de la celulosa son la alta capacidad aislante térmica y acústica, resistencia al fuego, reguladora de humedad y repelente de insectos, termita y hongos. Además de su fácil aplicación, esta empresa ofrece un producto sustentable: el aislante contiene un 85 % de material reciclado. Destacan proyectos del tipo hotelero, residencial, en universidades y bodegas de empresas con este aislante.
Desde Los Ángeles, Región del Biobío, Rootman ofrece aislación en base a madera. Se trata de “colchones” (por el grosor) fabricados con raíces de avena y cebada en un proceso que no tarda más de diez días. En sintonía con una “construcción sustentable y eficiencia energética”, este producto permite un ahorro de un 50 % en calefacción. Sin nada que envidiarle a lo sintético, este producto ofrece una excelente aislación térmica y acústica, permeabilidad al vapor de agua y resistencia al fuego tipo F-90.
Principalmente este producto ha tenido uso en viviendas. En 2017, estos aislantes fueron parte de cientos de residencias como parte de una campaña de reconstrucción impulsada por América Solidaria para los afectados por los incendios de ese año.
En la misma línea de aislantes no sintéticos, un grupo de estudiantes de la Universidad de Concepción (UdeC) creó un bio-panel hecho con hojas de pino (acículas). Con este proyecto obtuvieron el primer lugar de la votación online y el segundo en la del jurado en el Concurso de Innovación de Madera21 en la Semana de la Madera 2019.
El equipo, compuesto por dos estudiantes de arquitectura y dos de ingeniería aeroespacial, creó este panel con acículas y una resina biodegradable para aglomerar. Realizaron más de 30 pruebas y dieron con modelos que van desde los 20 a 50 mm de espesor. Acorde a lo explicado en una entrevista en Madera21, la acícula posee propiedades fonoabsorbentes, térmicas e ignífugas; por lo que este producto cumple con esas funciones como aislante.
“Con LEAF pierdes el miedo al uso de la madera”, es el eslogan de esta empresa con sede en Colina, comuna de Santiago. Lo que ofrecen son productos en base a madera modificada para conseguir “acabados arquitectónicos de alta calidad y rendimiento”. En concreto es madera acetilada. Y para conseguir la “acetilación” de la madera, explican en su sitio web, aumentan en ella el número de grupos de acetiles de origen natural en las células, reemplazándolas por los “hidroxilos libres” que absorben y liberan agua. “Este proceso impide la absorción de agua, mejora la estabilidad dimensional y aumenta la durabilidad de la madera”, agregan.
Esta madera acetilada posee Resistencia al fuego Clase C (ASTM E84) y durabilidad en 113 clase 1 (la calificación más alta), con una barrera efectiva contra un amplio espectro de hongos, además de un contenido de humedad del 3 al 5 %.
Existe una amplia gama de productos con esta madera modificada, como revestimientos y cielos (interior y exterior), celosías fijas y móviles, deck (terrazas), portones y cierres, vigas bimu, puertas, pisos y mueblería. Como proyectos, destacan las fachadas de tiendas comerciales, oficinas y centros de salud; fachadas y pisos de hoteles y restaurantes; y muebles de terraza.
La empresa británica Accys produce madera acetilada bajo el nombre de Accoya, marca que se fabrica en Nueva Zelanda y posee más de 50 años de experiencia en el mercado. Según explican en su sitio web, la materia prima se extrae de cultivos de pino radiata en dicho país, con una superficie de 60000 m3. La acetilación, esta modificación química a la que se somete el pino radiata, mejora la higroscopicidad de la madera, es decir, la capacidad de absorber o liberar agua. Por ende, se reduce la hinchazón, contracción y pudrición.
Las modificaciones de Accoya le permiten otorgar un gran aislamiento térmico superior, resultando muy útil de para aplicarse en marcos de ventanas. Acorde a las normas de la Unión Europea, Accoya posee durabilidad EN 350-2, la clasificación más alta según ese estándar.
Esta marca de madera acetilada es posible encontrarla en imponentes proyectos provenientes de países europeos, sudamericanos, norteamericanos y asiáticos; donde las construcciones corresponden a diversos rubros y usos como salud, educación, puentes, tiendas comerciales, restaurantes, hoteles y oficinas, entre otros. Como un ejemplo de proyecto en Chile (donde los paneles se comercializan gracias a LEAF), se encuentra Torre Peñuelas, donde se ocupó esta madera acetilada para su revestimiento exterior.
Isolcork, empresa chilena que comenzó a operar en 2010 con dos oficinas comerciales (Santiago y Concepción) y una planta en Quilicura, ofrece soluciones constructivas en base a corcho proyectado, materia prima que según el sitio web se obtiene de “la corteza que reviste la madera del alcornoque, sin cortar el árbol y esa cosecha se realiza cada nueve a 12 años”. Este material, explican, se caracteriza por ser ligero, elástico, con bajo contenido en agua, alta impermeabilidad y confort térmico.
En cuanto a los productos, ofrecen revestimiento exterior para fachadas y techumbres, como también para muros interiores. En este caso está hecho en base a “una mixtura de gránulos de corcho, resinas acrílicas a base de agua y polímeros orgánicos” que actúan como aislante térmico y acústico, impermeable, que combate la humedad y es ecológico.
Otro producto que ofrecen es el sistema de aislamiento térmico por el exterior tipo EIFS, en base a placas de aglomerado de corcho (ICB) revestidas con adhesivo de corcho y revestimiento, lo que otorga un “acabado fino o grueso, que atiende a la necesidad de renovación de las fachadas en base a criterios energéticos aportando una imagen renovada al conjunto del edificio, y un elevado grado de flexibilidad y resistencia mecánica. Además de un elevado grado de protección térmica y acústica en la zona opaca de la envolvente del edificio”.
Además disponen de productos impermeabilizantes, como la membrana de caucho proyectada que sirve para revestir muros o techumbres e impedir el traspaso de la humedad; el sellante Elastocork, un impermeabilizante líquido “compuesto de elastómeros en base agua de alta elasticidad que retienen la humedad ambiental”; y un impermeabilizante en base a cuarzo, que “permite la penetración en los poros y capilares del soporte o elemento a tratar, formando cristales de cuarzo insoluble que mejoran las propiedades de dicho soporte”.
En el portafolio de sus proyectos, donde ha sido aplicada su gama de productos, destacan obras del tipo residencial, institucional, tiendas comerciales y educacionales (universidades y escuelas), entre otros.
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