BODEGA PORTADA

Bodegas Kingston

Arquitectos: Juan Carlos Sabbagh y Gonzalo Cardemil
Superficie construida: 1.106 m2
Ubicación: Fundo Sta. Rita s/n, Casablanca, Chile.
Año de construcción: 2005-2006

El encargo consistió en diseñar una Bodega de Vinos en Casablanca para una viña que está en sus primeros años de producción de vinos de exportación. Si bien, para la empresa el objetivo no es generar grandes volúmenes de vino, el proyecto debía considerar un crecimiento en etapas de por lo menos tres veces su capacidad.

Otro requerimiento planteado por los enólogos fue que el proceso de vinificación fuera gravitacional, es decir, ocupar la gravedad para mover tanto la uva como el líquido de una etapa a otra, evitando el uso de bombas o mecanismos invasivos.

De esta manera se decide ubicar el proyecto en la ladera sur-oriente de un cordón de cerros del fundo, aprovechando la pendiente para resolver la gravitacionalidad y ocupando la altura para dominar visualmente todas las viñas como a su vez permitir que el edificio se percibiera desde la lejanía.

Como no se podía determinar el crecimiento total que podría tener y además probablemente ese crecimiento no iba a ser en un futuro inmediato, se decide plantear el proyecto como una “ciudadela”, es decir un conjunto de edificios independientes conectados por caminos que los relacionan entre sí.

Este concepto permitía generar etapas independientes, de edificios terminados volumétricamente, y no inconclusos temporalmente. Además permitía que en el tiempo se pudieran adecuar las nuevas tecnologías o requerimientos sin mayor problema, pues los volúmenes no estarían ligados espacial ni estructuralmente con etapas antiguas.

Otra ventaja era, que el hecho de generar volúmenes independientes permitía adecuarse al relieve con mayor facilidad y así poder crecer casi interminablemente.

En una primera etapa, solo se construye una bodega de proceso y un volumen de servicios, solo lo necesario para funcionar. Sin embargo se consideró un master-plan con oficinas administrativas y dos bodegas más, todos estos volúmenes se pretenden conectar en el futuro con un recorrido peatonal turístico en altura a través de puentes.

Para unificar visualmente el conjunto de volúmenes en un proyecto unitario se opta por generar un lenguaje común, dado por la materialidad y la geometría.

Se decide utilizar un zócalo de hormigón que genera los distintos niveles que se adecuan al relieve y diferencian las etapas del proceso, y una envolvente de madera que cierra y completa el volumen.

Formalmente se decide trabajar con una geometría simple, similar a una típica bodega de madera sureña a dos aguas, sin embargo la envolvente de madera es trabajada como una cáscara que se recorta para permitir el ingreso de luz y se deforma para acomodarse al terreno e interactuar con el siguiente volumen moldeando el espacio entre ambos en un juego de lleno y vacío que ensambla los volúmenes en una unidad.

Estas deformaciones al distorsionar las perspectivas hacen que el edificio se perciba distinto desde cada ángulo generando una interacción constante con el observador. Asimismo el juego volumétrico contribuye también a resolver aspectos técnicos como la evacuación de las aguas lluvias debido a la inclinación de la canales dispuestas en sus aristas.


Fotografías: Constanza Brünner Halpern

 

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