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Casa Chamisero

Arquitectos: Felipe Vera Buschmann y Rodrigo Belmar - GITC arquitectura
Colaboradores: Laura Cuesta Hernandez, Carlos Estay Olguín, Felipe Muñoz Sepúlveda, Camila Perez Arévalo
Ubicación: Chamisero, Colina, Santiago, Chile.
Superficie construida: 767, 7 m²
Año construcción: 2014

La obra se ubica en una ladera norte a los pies de un valle transversal de la Cordillera de Los Andes, a 10 kilómetros al nororiente de Santiago,  mirando el valle de Chamisero. Clima mediterráneo seco con veranos largos y calurosos. Altas oscilaciones térmicas día-noche (sobre 20 °C)

El subterráneo de Hormigón Armado a la vista está dividido en 2 áreas, una pequeña sala audiovisual, a la bajada de la escalera interior, y la gran sala, que acoge un programa flexible iluminado por la luz que entra a través de la piscina y los acuarios perimetrales. Un lugar resguardado e introvertido.

El primer nivel es el piso noble, tenemos los recintos comunes. Es un gran espacio apoyado en un muro curvo con vista al valle a través de su terraza de mármol. Este gran espacio tiene en sus remates la cocina roja y la sala del piano, dejando el living y estar  entre ellos. El comedor se configuró como un apéndice donde la escalera para subir al segundo piso se transforma en su filtro visual.

En el Segundo piso se configura el volumen de dormitorios. A diferencia de lo orgánico de los niveles inferiores, este volumen racional de acero revestido en maderas nativas se define como un gran pasillo al sur, dejando todos los dormitorios y recintos habitables mirando directamente al valle.

El agua, como elemento dinámico que equilibra pasivamente el microclima de la casa.

La casa está rodeada de un circuito de espejos de agua, cumpliendo tanto una función climática: humedeciendo y refrescando el aire colindante el cual por medio de un sistema pasivo de ventilación natural, introduce este aire fresco y húmedo a la casa, como formal: contraponiendo la rigidez, silencio y permeancia del Hormigón Armado con la fluidez, cantar y devenir de este líquido el cual desaparece el la cascada de la piscina que es tragada por la tierra.

Como morfología. La racionalidad alberga el reposo, mientras lo orgánico da cabida al movimiento y habitar común.

Se radicaliza el movimiento de esta obra en el diálogo antagónico de espacios, materiales y formas. La racionalidad del volumen de dormitorios, ortogonal, pensado en el relajo y el descanso, de materiales cálidos y funcional; se contrapone a lo orgánico y lúdico de los Recintos comunes de la primera planta y subterráneo.

Una casa de rincones. En este sentido, los requerimientos del mandante fueron determinantes; entendiendo esta obra, además de un todo; en una sumatoria de particularidades. Éstas crean un recorrido de memorias,  donde el cambio de material, luz, volúmenes u horizontes determinan cada recinto según el programa que acogerán.

La Piscina. Piscina de 4 niveles y 4 formas de habitar y disfrutar: sentado, acostado, de pie o nadando. Integra 3 sistemas para el máximo confort, el diálogo con el paisaje y una nueva experiencia entre la piscina y el hombre; Calefacción con paneles solares, sistema de recirculación convencional filtrada y cascada en un borde infinito.

La piscina trae el elemento del agua para coexistir con la gente, con diversos sentidos; sumergir, tocar y escuchar. Creación de diferentes atmósferas y situaciones = lugares con apellido.

La piscina se convierte en un enlace entre el subterráneo y el exterior, transformándolo en una linterna para iluminar el subterráneo y permitir incluso ver la montaña desde el interior.

Es una piscina que emancipa el movimiento (agua y bañistas). Es una piscina que invita al juego.


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