El encargo recibido por el estudio alemán Amunt fue muy específico: una casa de vacaciones sostenible con arquitectura de calidad y para compartirla con muchos en la zona de Sankt Blasien, en la Selva Negra.
La compacta casa de madera de 110 metros cuadrados sorprende con un generoso espacio habitable de dos plantas con una variedad de habitaciones escalonadas siguiendo la topografía del terreno: entrada con armario, unos escalones más abajo siguen la cocina y el comedor con un gran balcón, y finalmente, más escalones conducen a la sala de estar y a la sala de la chimenea.
Una escalera central y abierta conduce, a través de una galería, a la planta superior, cuyas habitaciones individuales, pequeñas, íntimas y muy diferentes, contrastan con el generoso espacio habitable de abajo. Grandes aberturas introducen repetidamente el paisaje en la casa. Las diferentes habitaciones están pensadas para dar placer y apoyar la sensación de vacaciones: una litera, similar a las de los refugios de montaña, una acogedora habitación que recuerda a una alcoba, un altillo bajo el techo y una habitación con vistas a las estrellas. En total, la residencia ofrece ocho habitaciones variadas para albergar a familias, amigos y parejas.
El diseño destaca por un espacio habitable de dos plantas con diferentes características y cuyas habitaciones siguen la topografía de la parcela. Al recorrer la casa, los habitantes son acompañados por numerosas y amplias vistas del valle y sus alrededores, que transmite además la sensación de estar dentro y fuera al mismo tiempo.
La delgada cubierta del techo con grandes salientes se coloca en forma protectora sobre los dos volúmenes del edificio, inclinados en 45° con respecto a la pendiente. La organización de la planta resultante parece abstracta, pero su objetivo es facilitar una variedad de referencias al sitio, además de capturar de manera óptima el sol en el sur.
