El proyecto responde a la necesidad de construir una casa para una pareja de extranjeros de los países bajos que viven durante el año fuera de Chile y que vendrían a pasar sus periodos invernales a nuestro país. Otra condición para el proyecto fue que en la zona no existen sistemas de redes de electricidad ni alcantarillado. Además el proyecto debía articularse de la mejor manera con la vegetación del lugar tratando de intervenir el sitio lo menos posible.
La casa se ubica en un sitio en pendiente que mira hacia el sur-oeste, frente a la playa de Tunquén. Con esta condición de emplazamiento, se decide desarrollar todo el programa sobre una gran plataforma de hormigón armado a la vista. Esta plataforma se despega del terreno a través de una serie de machones inclinados para lograr la menor intervención posible sobre el terreno y así mantener intacta la vegetación existente. Sobre la plataforma se construye en madera, los espacios de la casa.
Estos se plantean buscando la vista del mar, a través de un volumen longitudinal que se despliega en todo el ancho del sitio. Este volumen se divide en dos grandes zonas, a modo de dos casas independientes que se unifican a través de una gran cubierta. La casa cuenta con una serie de patios intermedios que se van ubicando entre espacios interiores, así el usuario se protege de los fuertes vientos del verano.
El techo es el elemento unificador de la casa y a su vez dirige la luz hacia el interior ya que se plantea como un plano inclinado que se despega de todo el perímetro de muros así se logra que la luz brille en el interior durante el transcurso del día. Hacia el lado norte de la casa el techo se abre en un ángulo de 60º para captar toda la radiación posible y así templar los recintos que se ubican más hacia el sur.
Fotografía: Natalia Vial
