A partir de la casa T, diseñada en el 2009 y construida el año 2011 en la ribera de Laguna de Aculeo, surge una forma de nombrar los proyectos, que viene del alfabeto, es el alfabeto de la palabra poética y con esto una serie de casas que son la síntesis abstracta de una letra que se vuelve obra. Tiene que ver con la creación de realidad a través del lenguaje.
Cada “casa letra” tiene un diálogo único con el paisaje, un diálogo territorial donde la obra es una unidad entre paisaje y arquitectura.
La casa Ye, es un pabellón suspendido sobre un paisaje de arrayanes con vista privilegiada al río Cayumapu y sus humedales, creados luego del terremoto del 29 mayo de 1960 en Valdivia. Estos humedales tienen una rica fauna de aves tales como el endémico cisne de cuello negro y una densa capa vegetal compuesta por juncos y flores de loto, entre otras especies muy característicos de estos territorios.
El encargo del programa es una casa para pasar los fines de semana, para un matrimonio de segundas nupcias donde cada uno tiene su propia familia con hijos adultos.
La respuesta arquitectónica es la creación de 3 volúmenes en la disposición de la letra Y, articulados por el acceso y que resuelven las características del encargo.
El pabellón principal para la pareja puesto paralelo al rio, luego un segundo volumen para recibir a los hijos de cada uno y sus amigos, puesto levemente inclinado, para lograr la cabida en el ancho del terreno y controlar el largo del edificio. Ambos pabellones se articula a través del acceso –que es al mismo tiempo una ventana sobre el río Cayumapu– desde el cual se desprende el tercer cuerpo arquitectónico que conforma el estacionamiento, lugar muy importante para el dueño de casa, amante de las motos y los autos y de recibir amigos, motivo por lo que el estacionamiento es al mismo tiempo una extensión de la terraza de acceso. Desde ella se desprende una pasarela, que va a la orilla donde está ubicado el muelle con terraza y quincho. Así desde el estacionamiento la casa se expande a la totalidad del terreno, para recibir a los amigos o se comprime, para la pareja.
Es una casa de bajo presupuesto, por lo que se piensa como un volumen simple, trabajado en un monomaterial en muros y cubiertas, un fuselaje de pino tratado e imprimado con algifol negro, para darle un tono oscuro, que contrasta muy bien con el entorno vegetal. Por dentro un color muy claro, que hace el contrapunto con el exterior y le otorga levedad al habitar. Esto se logra por medio de forrarse el piso, muros y cielos en un revestimiento de eucalyptus.
El volumen simple de la casa, discreto sobre el paisaje, para que sea el paisaje el protagonista en este dialogo con la arquitectura. Logra su complejidad por medio de una doble diagonalización de los volúmenes, por una parte las cubiertas se diagonalizan en sus extremos y por otra los extremos verticales se diagonalizan en forma descendente. Este gesto simple, tiene su lectura en el interior, dando volumetría y textura al espacio.
El resultado final es tan virtuoso, y la da tanta felicidad a los dueños de casa, que de segunda vivienda paso a ser su primera vivienda.
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