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Casa Dos Pieles

Oficina de Arquitectos: Verónica Arcos
Arquitecto colaborador: Pedro González
Ubicación: Pichicuy, Chile
Año: 2017

El proyecto Casa dos Pieles es una segunda vivienda ubicada en la costa de Chile, 180 km al norte de Santiago en el condominio Huaquén del Mar.

Se busca explorar geometrías de superficies regladas en la envolvente de la casa, otorgar una climatización eficiente e incorporar vistas al mar desde la lejanía.

La planta es rectangular y se orienta hacia el norte, logrando un asoleamiento óptimo. La casa se emplaza en un eje donde los bosques circundantes abren dos ventanas hacia el mar. Una hacia el norte, permitiendo que todos los recintos de la casa gocen de la vista y asoleamiento, y otra hacia el poniente, proporcionando la vista de la puesta de sol durante la temporada de verano, que es cuando más se ocupa.

La casa está construida íntegramente en carpintería de madera. La primera piel de la envolvente está hecha en base a muros de estructura de pino y OSB, aislados mediante lana mineral y recubiertos en zinc para sellarlos de la humedad. La segunda piel genera una fachada ventilada. Esto, en combinación con un sistema de ventilación cruzada a lo largo de todo el volumen, permite que en épocas de calor, la casa se mantenga muy fresca.

La segunda piel es la cara visible de la casa, y propone una estética dinámica de variación gradual, mediante la interpolación de un palillaje de madera, que resulta en una superficie alabeada, tanto en las fachadas longitudinales como en el techo.

La operación es similar en las fachadas sur y norte, donde se genera un alero sobre los ventanales y puertas, y la envolvente se pliega hasta alcanzar el plomo de dicho alero, volviendo al plomo original paulatinamente, mediante un pliegue en el sentido contrario en la parte inferior de la fachada. La superficie resultante resuelve un problema técnico, que es el enfriamiento de la casa, y al mismo tiempo se hace cargo del aspecto ornamental o plástico del proyecto.

Se intentó trabajar con un volumen sencillo, sin convexidades, y dotarlo de expresión mediante las dobles curvaturas de su envolvente. Etas se perciben sutilmente en el interior de la casa, y se hacen más expresivas desde cierta distancia. La casa tiene nueve metros de altura en su punto más alto, justo encima del dormitorio del segundo piso, y cuatro metros en el punto más bajo. En los ejes norte-sur de cada uno de estos puntos se construyen líneas con pendientes opuestas, las que al interpolarse generan una paraboloide hiperbólica en el techo.

El acabado de la casa se constituye de pino impregnado teñido de un café oscuro, que se integra con los colores del entorno, dialogando con el paisaje.


Imágenes: Cristóbal Palma / Estudio Palma

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