_PORTADA ecim-09

Estación Costera de Investigaciones Marinas PUC (ECIM)

Empresa / oficina: Martín Hurtado Arquitectos
Arquitecto a cargo: Martín Hurtado
Ingeniero Estructural: Alberto Ramírez
Cliente: Escuela de Biología Marina PUC
Ubicación: Punta del Lacho, Las Cruces, Chile
Superficie construida: 1.700 m2
Año de construcción: 2010
Fotógrafo: Leonardo Finotti

La Punta El Lacho, la península donde se emplaza el proyecto, es un lugar declarado como reserva natural con exclusión humana, contando con un kilómetro de costa —con sus aguas adyacentes— sin intervención del hombre desde 1982. Esta reserva, impulsada por la Escuela de Biología Marina de la Universidad Católica, fue de las primeras en su tipo a nivel mundial, y la única en toda la costa central de Chile.

El lugar tenía una serie de construcciones preexistentes, varias de ellas muy precarias sin un orden general, para lo cual había que dotar de un plan maestro, tanto para consolidar los edificios a rescatar, decidir qué botar e introducir un programa capaz de triplicar la superficie original construida. 

En torno a una plaza central contenida por el principal edificio existente,  se estableció una circulación-galería que unifica una serie de volúmenes de doble crujía paralelos, distanciados lo suficiente para garantizar asoleamiento e iluminación natural, y así albergar las distintas partes del programa; una área de laboratorios de investigación; una de salones uso múltiple y una para las oficinas del Laboratorio Internacional en Cambio Global (Linc-Global). Debía considerar además el crecimiento futuro con áreas de alojamiento para estudiantes y centro de visitantes. 

La disposición de estos volúmenes perpendiculares a las cotas de terreno permitió atrapar lugares exteriores que miden el paisaje, conformando plazas y espacios que contienen la vista lejana y posibilitan la continuidad de perfil del suelo original.

Constructivamente, los cuerpos se estructuraron en base a un zócalo de hormigón semi- enterrado, en la pendiente rocosa del terreno sobre la que se levanta una estructura de marcos de madera laminada, la que cubre una planta libre de uso modificable en el tiempo. En estos zócalos, parcialmente enterrados, se ubican los servicios técnicos complementarios, como la sala de filtrado, el taller de carpintería, el pañol de buceo, las bodegas y otros servicios. La selección de materiales se hace en base a su resistencia a las duras condiciones de viento, humedad y salinidad del lugar. Los tres bloques rematan sobre el Pacífico, estableciendo un ritmo de cuerpos que dialogan a escala del paisaje. 

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