El estudio de arquitectos MDH Arkitekter estuvo a cargo de desarrollar un proyecto para dar vida a un antiguo estacionamiento cercano a la ciudad universitaria de Trondheim, en Noruega. Debían crear un espacio que alojara a los estudiantes, pero que fuera una alternativa diferente a las típicas residenciales universitarias.
El objetivo fue pensar un espacio que contara con un área central común, con viviendas colectivas, servicios y programas públicos, eliminando así la división entre dicha ciudad universitaria y sus alrededores.
El estudio desarrolló cinco torres en forma de Y en madera contralaminada (CLT). Cada una con 15 habitaciones y con espacios comunes y colaborativos, donde se encuentra la cocina, living e incluso un hall de entrada con closets. Además, la planta baja dispone diferentes tipos de programas públicos: gimnasio, peluquería, centro médico, lavandería y supermercado.
Por otro lado, el proyecto contempla una guardería y una librería con espacio para actividades estudiantiles.
A partir de este tipo de madera, el estudio levantó estas torres, constituyéndose así en el proyecto más grande de Europa con este tipo de material.
Originalmente la propuesta preveía torres construidas con métodos convencionales, con una estructura de acero y hormigón con un revestimiento de ladrillo. Sin embargo, con el objetivo de generar armonía entre los edificios que ya existía en esta ciudad universitaria y que son de ese mismo material, junto con alinearse con los ambiciosos objetivos energéticos y climáticos del proyecto, el estudio decidió utilizar el CLT para las nuevas torres.
Estas cinco torres tienen nueve pisos con una altura total de 28 metros y además de la madera se utilizó fundición de hormigón armado para los niveles del sótano y la planta baja.
Estructuras prefabricadas de CLT fueron utilizadas entre el primer y noveno piso. Paralelamente, los espacios para los ascensores y las escaleras también fueron construidos con esta solución.
Aprovechando una de sus múltiples ventajas del CLT, su terminación, se logró desarrollar una estructura robusta pero sin perder de vista lo estético. Así, la madera está presente tanto en interiores como en exteriores.
Al momento de pensar en un sistema que protegiera a este edificio del fuego y que controlara la velocidad de combustión y la capacidad de rociadores, se utilizaron placas de yeso y mortero para aislar paredes y techos obteniendo estructuras que resistan el fuego. Además algunas de las paredes estructurales, por ejemplo el interior de las escaleras, están pintadas con un material anti fuego transparente que protege la madera y habilita la exposición de su superficie.
Las fachadas están revestidas con paneles tratados de madera de pino Kebony, un producto de madera blanda. Este tipo de revestimiento en la planta baja de las torres fue tratado con una protección anti fuego. El resto no recibió un tratamiento especial y se desgastará de forma natural.
Al igual que las estructuras de madera regular, estructuras de madera CLT tienen la característica de contracción en dirección tangencial y radial. En ese sentido el sistema de revestimiento de fachadas de las torres está diseñado para darle una característica telescópica, que pueda absorber la contracción de elementos del suelo sin generar tensiones en el revestimiento.
A partir del uso de CLT se ha reducido en un 57% la emisión de CO2 en materiales de construcción, en comparación con métodos de construcción tradicionales. Además han disminuido en un 70% las emisiones asociadas al uso de energía.
Créditos imágenes: © Ivan Brodey
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